Ayer noche me senté ante la “caja tonta” para ver con interés y sin perjuicios el debate entre Elena Valenciano y Miguel Arias Cajete, números uno de las candidaturas del PSOE y el PP a las elecciones al parlamento europeo el próximo día 25. Tengo que reconocerlo, rigidez y más de lo mismo. Ambos políticos no tienen el carisma suficiente como para enganchar a la audiencia así que a los veinte minutos pasé a Antena 3 para ver al duro Bruce Willis repartir tiros a mansalva en “Fuego cruzado”. Sería por la influencia del partido gobernante pero el plató de TVE era azul, color que ahora utiliza este partido conservador; mejor maquillada ella que él, tuve la sensación de que en el estudio flotaba un cierto aire de complicidad bipartidista como en lo del chiste del paciente y el dentista: A que no nos vamos a hacer daño.
Suaves reproches, una moderadora a lo señorita Pepis y a otra cosa mariposa. Poco antes en Oviedo Alfredo Pérez Rubalcaba despachaba la corrida en un mitin en el polideportivo de Vallobin lo que agradeció el candidato Jonás Fernández -ese chico que tiene cara de no haber roto un plato en su vida- ya que es su barrio. Le hubiera gustado intervenir en el mitin del jefe al todavía eurodiputado Antonio Masip pero a quien le correspondía era al secretario de la AMSO Wenceslao López a quien le esperan tiempos nada fáciles con el ex alcalde otra vez integrado en la vida local tras dejar Bruselas donde estuvo diez años como eurodiputado. La campaña, así opinan la mayoría de los expertos, sigue siendo plana. España elegirá el próximo día 25 cincuenta y cuatro eurodiputados que en su mayoría serán del PP y del PSOE. Nuestro peso será mínimo ya que los elegidos se diluirán en los grandes grupos conservadores y progresistas mientras los que salgan en representación de las pequeñas
formaciones quedarán engullidos por las mayorías y la cómoda burocracia. Se palpa en la campaña. Apenas se de habla de Europa y de sus perspectivas de futuro que al fin y al cabo será lo que diga la Merkel y es que mientras la Unión Europea no tenga un solo gobierno ejecutivo que lidere a los 27 países integrados, mientras las condiciones de vida de los ciudadanos no sean similares y hasta, ¿Por qué no?, Europa deje de ser una Torre de Babel y se hable un solo idioma -No estaría mal volver a promocionar el esperanto- mal les va a ir a países como el nuestro, principalmente a los de sur, siempre en inferioridad de condiciones respecto a los del norte. A todo lo dicho hay que añadir la inquietud por el futuro de Gran Bretaña en el seno de la Unión Europea. Políticamente no deja de ser una vergüenza que a estas alturas continúen con una moneda distinta al euro entre otras cosas.
Lo que ya tengo claro es lo que voy a votar tras haber visionado ayer en parte el citado debate. Por supuesto como el voto es personal e intransferible, además de secreto, permítanme que no lo descubra. Lo que si hay que hacer en mi opinión es acudir a las urnas y votar, aunque sea en blanco o en plan nulo. Por supuesto que no votar es un derecho del ciudadano, y muy respetable, pero interpreto que esa actitud es como ir contra el sistema. Nuestra democracia aún está tierna y para los que hemos vivido la dictadura solo pensar en una involución es ponernos los pelos de punta.
No puede terminar este comentario sin aludir un día mas al hasta ahora dirigente de Izquierda Unida Angel González. Es un cachondo, la verdad, puesto que ayer sin comerlo ni beberlo dio un mitin en Laviana, que es su tierra, y eso que ha sido destituido como portavoz de IU en la Junta y suspendido de militancia. A cabezonería pocos le ganan, la verdad.