Vamos a imaginarnos que el Presidente del Principado de Asturias, el socialistaJavier Fernández Fernández, el día 25 del pasado mes de marzo, a las 11 horas, 53 minutos y 27 segundos, se hubiese presentado en la entidad bancaria con la que habitualmente trabaja, BBVA, con la intención de saber el saldo de una de sus cuentas. El empleado de turno le pide que haga una solicitud por escrito. Y el Presidente realiza la petición por escrito.
Vamos a imaginarnos que la Consejera de Bienestar Social y Vivienda del Principado de Asturias, la socialista Esther Díaz García, el día 25 del pasado mes de marzo, por casualidad a la misma hora que su Presidente, se hubiese presentado en una de las entidades bancarias con las que habitualmente trabaja, Caja Astur (q.e.p.d) o Banco Popular, con la intención de conocer el saldo de una de sus cuentas. La empleada de turno le pide que haga su solicitud por escrito. Y la Consejera realiza la petición por escrito.
Vamos a imaginarnos que, al no tener respuesta a sus respectivas solicitudes, tanto el Presidente, el socialista Javier Fernández Fernández, como la Consejera, la socialista Esther Díaz García, realizaron una nueva visita a sus entidades el día 14 de abril además de dos llamadas telefónicas pidiendo aclaraciones por tal retraso los días 29 de ese mismo mes de abril y el pasado 13 del mes en curso; pero lo único que obtuvieron fue una respuesta incongruente y dilatoria. A todas luces impropia de cualquier entidad u organismo serio y de buen gobierno.
Tengo en mis manos -y esto es un asunto real- la solicitud que dirige una persona anciana con gran discapacidad y con plaza en una residencia del E.R.A.. La solicitud, que cumple todos los requisitos establecidos y que va acompañada del conforme de la directora del establecimiento residencial, tiene como fin el saber si la interesada tiene o no alguna deuda pendiente, debido al copago, con el organismo autónomo del Principado. Fue presentada en Oviedo, con registro de entrada, el día 25 de marzo pasado a las 11 horas, 53 minutos y 27 segundos. A fecha de hoy, casi dos meses después, con una visita a las oficinas centrales del E.R.A. y dos llamadas posteriores de teléfono, la solicitante aún no obtuvo contestación.
Me dicen que -salvo que haya dimitido, cosa bastante normal en la Consejería de Bienestar Social (ahí están los casos de Justo Braña y Clara Costales)- el Gerente del E.R.A., Jesús Suarez Pérez, antes de incorporarse a su puesto político era médico especialista en el servicio de urgencias. Es de suponer que en su anterior puesto, el de urgencias, haya tratado a sus pacientes con más rapidez que en el organismo que ahora gerencia en donde no se da solución a una solicitud cuya respuesta debiera consistir en una simple consulta de ordenador.
Vamos a imaginarnos que el Presidente, Javier Fernández, y su Consejera, Esther Díaz, estén cabreados con sus respectivas entidades. No sería para menos.
Igualmente no es de recibo que un Organismo Autónomo del Principado, Establecimientos Residenciales para Ancianos (E.R.A.), bajo su Gobierno -y aquí no hay culpables del Partido Popular- mantenga unas actitudes de desprecio a los ciudadanos y, a más responsabilidad si se trata de gente de edad avanzada.
¿Qué está ocurriendo en el E.R.A.?. ¿Tienen algo que ocultar?. ¿Sería conveniente que desde la Junta se propusiese una Comisión de Investigación sobre el Organismo?