El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quiere reunirse con el ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, para poner freno a las redes sociales desde las que ciertos comentarios hacen apología del delito e incitan al odio. Es de suponer que ambos ministros -muy duchos en chapuzas rayanas a la ilegalidad constitucional española, pues algunas de sus iniciativas ya han sido tumbadas por los tribunales- logren un consenso y un día de estos nos sorprendan con una propuesta conjunta.
Puede haber un problema. Recientemente España, bajo el mandato del Partido Popular, renunció voluntariamente a la Justicia Universal que venía aplicando admirablemente. Ahora, con lo que inventarán los ministros de Interior y de Justicia, seguro que se quedarán cortos porque, en caso de buscar supuestos comentarios delictivos en la red, solo podrán perseguir a los internautas de Caballeros de Arriba, Puebla del Infantillo o Solar de los Rebecos, por poner un ejemplo. Es decir, poblaciones del territorio nacional.
El Gobierno del Partido Popular, sobre todo algunos de sus ministros, toma iniciativas a la carta y casi siempre por decreto ley, ya que no cuentan con el mínimo apoyo de los de la oposición parlamentaria. Hay ministros que, por su experiencia, gestionan su cartera como si se tratasen de uno de los Gobernadores Civiles de los de antes y esto de las redes sociales y de Internet les desborda; vamos, que no llegan.
Ahora hay prisas -que nunca son buenas- para acallar una angustiosa demanda ciudadana promovida por círculos y medios que, precisamente, nunca necesitaron de Internet para hablar e insultar al prójimo sin ningún tipo de pudor. Sería conveniente que el ministro del Interior y su colega de Justicia, antes de dar un paso, analizasen las hemerotecas y las videotecas de los últimos diez años; después, si les queda algo de objetividad analítica y crítica, podrían hacer un mapa con nombres concretos de medios y personas que con toda impunidad -sin falta de guardarse cobardemente en un tuit-, y en muchas ocasiones con la entrañable colaboración de miembros de su partido, vienen calentando el clima social español de manera manipulada y vergonzosa.