Con discreción, sin prisa pero sin pausa, la televisión autonómica asturiana ha entrado en una fase de renovación bajo la batuta del siempre discreto pero eficaz Antonio Virgili, presentando en parrilla nuevos programas y dando oportunidad a nuevas productoras a ver si el panorama audiovisual asturiano se anima algo venciendo así la profunda crisis sufrida que llevó prácticamente a la desaparición a las pequeñas productoras. Por ejemplo, esta mañana la TPA emitió el primer programa del nuevo magazine, “Directo al mediodía”, que de lunes a viernes estará en antena de las 12,00 horas hasta las 13,30. Lamentablemente no pude verlo pero ya por la tarde varias personas me han hablado bien de él, un formato con mucho directo y tertulias conducido por el colega Pedro Laguna, un maestro pese a su juventud en radio y que ahora debuta con la soltura que le es habitual en la pequeña pantalla. Este programa tiene como realizadora a la inquieta Covadonga Durán y como responsable de contenidos, o sea, editor, a mi apreciado Luis Mugueta, ex director de La Voz de Asturias y que, por tanto, emprende ahora otra apasionante aventura periodística de la que espero no pase por los angustiosos momentos por los que pasó el veterano diario asturiano, hoy ya desaparecido. En labores de edición colabora otra buena profesional, Eva Guimiel. En total, un joven equipo de veinticinco personas que están de estreno, ilusionadas a más no poder con el reto televisivo que nos ocupa.
“Directo al mediodía” se emite desde las magníficas, y hasta ahora poco aprovechadas, instalaciones que el productor asturiano Juan Gona construyó en el polígono de Argame, con una inversión del orden de los cinco millones de euros. Sin embargo, debido a promesas fallidas de anteriores administraciones, Juan Gona las pasó canutas, teniendo cerrado el centro tras haber dado en el mismo algunos cursos de formación y rodado la película “Los muertos no se tocan, nene”. Afortunadamente Juan Gona hace unos meses cerró una operación societaria sobre el mismo con socios de la comunidad de Aragón, los propietarios del diario “El Heraldo de Aragón”, muy introducidos en el mundo televisivo, e inicia por tanto una nueva etapa que de hecho es un estreno de las citadas instalaciones y que, como no me canso en repetir, son modélicas, de tal forma que pienso que muy pocas de este nivel habrá en España. Me consta que hay planes no solo para producir más programas para la “caja tonta” sino también planes para realizar cursos de formación y utilizar los estudios como plató para el rodaje de películas, una de ellas en proyecto ya muy avanzado. Juan Gona, que es una persona en ocasiones excesivamente modesta, siempre apuesta por Asturias, su tierra -es de Morcín- y su esfuerzo y riesgo personal bien merece ahora que lleguen a buen puerto. La verdad es que no me cabe duda alguna.
Pero esta no es la única novedad del mundo televisivo que hay en Asturias. Otra es que para finales de agosto Oviedo contará con una tele local -en su día fue una pena que se perdiera Oviedo Televisión- que llevará por título “Oviedo 10″ (La sombra de la catedral) y que se emitirá por uno de los canales de Telecable ahora que le han quedado varios en blanco, ¿O en negro?, tras el cierre de varios generalistas. Y es que el grupo de la Fundación Gustavo Bueno ha llegado a un acuerdo con Telecable para iniciar las emisiones de una tele cuyo objetivo es la promoción y defensa de Oviedo -¿Del cerco que dice el alcalde somete el Principado a su capital?- siendo el inquieto ex concejal Ismael Rey quien llevará la responsabilidad de la programación bajo la supervisión de Gustavo Bueno hijo. Los estudios estarán en la Avenida de Galicia, en el antiguo chalet de Pedro Miñor, donde se ubica la Fundación Gustavo Bueno y los promotores tienen previsto que personajes locales como Antonio Masip, Rafael Secades, Carlos Novoa, Avelino López, etc. tengan programas además de ofrecer una hora semanal a los grupos municipales. En una palabra, todo lo que sea mover el banquillo es bueno para el castigado mundo de la comunicación comience a recuperarse. Por supuesto que también lo será para la propia ciudad.