Conchita

Austria ha ganado el festival de Eurovisión. Ruth, la representante española, no ganó, habiendo sido, con toda seguridad, la mejor voz de todos y todas las participantes; pero no llevaba barba y no ganó. Tampoco podría decir que Conchitano haya tenido sus méritos en cuanto a su actuación, es buena, o bueno, y además tiene barba.
Europa está travestida, la realidad no es lo que se ve. Ángela Merkel lleva casi dos meses desaparecida, se acercan las elecciones, no conviene que ahora de mucho la cara, la barba no le quedaría bien, y al natural sus intervenciones significarían pérdida de votantes y eso se transformaría en una conclusión: una parte de los europeos (los nacidos o empadronados en Europa) no creen en la utópica e interesada Unión Europea.
España, los españoles poco podemos hacer en estas circunstancias. Tenemos muy buena voz, cantamos muy bien; pero en lugar de conseguir reafirmarnos en nuestras aspiraciones y en nuestros derechos siempre vamos al rebufo de algún político/cantante travestido. Tienen dos caras y, lo peor, dos partituras. En las próximas fechas, el día 25, estaremos a tiempo de reorganizar la orquesta.



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