De vuelta con las pilas cargadas

Pues en principio las pilas están ya cargadas así que manos a la obra, o mejor dicho, al teclado.  Una semana en el taller, jornada en la UVI incluida que, salvo que uno se encuentre muy sedado, es un lugar adecuado para los que ya tenemos unos cuantos años hagamos tiempo repasando la vida propia y la de otros, eso sí, ¿Por qué será?, en blanco y negro. Siempre he dicho que Asturias, por fortuna, cuenta con una de las mejores redes hospitalarias del país, tanto pública como privada y “gozando” -es obligado poner la palabra entre comillas- he estado una semana en el Centro Médico donde una vez más el trato médico y de atención al paciente ha sido exquisito. Debo por tanto agradecer la sapiencia y el buen hacer de los doctores Beatriz Granell Suárez y José Luis Alvarez Cofiño, de su equipo y de los que a los dolientes nos cuidan en las habitaciones. En un momento dado un eficaz celador para llevarme a radiografías me hizo un interesante viaje a velocidad adecuada en silla de ruedas que no se porqué me recordó a las carreras de karts de mi infancia. Es curioso como a lo largo de mi ya dilatada vida periodística h tenido una especial relación con este centro médico sobre el que tuve la ocasión de escribir en el diario Región allá por 1976 el primer reportaje que se publicó el proyecto al contármelo un buen día el traumatólogo y fundador del mismo Carlos Lueje en la cafetería Rívoli. Tuve una gran amistad con el doctor Lueje a través de su suegro el psiquiatra Pedro Quiros, toda una eminencia al que entrevisté por capítulos cotándome la historia de La Cadellada y del que siempre me traía noticias al periódicos, en este caso La Voz de Asturias, un inolvidable compañero, Isidro, de noche jefe de talleres del citado rotativo y de día enfermero jefe en la consulta privada del doctor Quiros. Murió muy mayor y nunca me expliqué como aguantó tanto siendo una persona que a causa de sus dos trabajos apenas dormía.

Pero aquel día que el doctor Carlos Lueje me contó en la cafetería Rivoli el proyecto del Centro Médico me di cuenta inmediatamente que detrás del mismo no solo estaba medio centenar de importantes galenos de la provincia sino también un emprendedor, José Manuel Richard Grandío, auténtico pulmón de este hospital que gerenció durante décadas hasta su jubilación, llevando su nombre la calle que da acceso al complejo hospitalario. Richard Grandio es un empresario de tomo y lomo que antes de aventurarse en el apasionante proyecto de este complejo médico regentó una importante librería en la esquina de la calle Gil de Jaz con Marqués de Pidal y promocionó durante años el premio de novela Ciudad Oviedo. Precisamente recuerdo que el día que ETA asesinó en Madrid al almirante Carrero Blanco estaba discutiendo con él la compra de una interesante edición de “La Regenta” cuando entró un ciudadano desmelenado dándonos la noticia. Richard Grandio sin ser nunca presidente fue uno de los impulsores de la Federación Asturiana de Empresarios y de muchas otras iniciativas empresariales en nuestra región. Un hijo suyo es en la actualidad destacado cardiólogo del Centro Médico y la gerencia correr a cargo de Eduardo Carbajo, su delfín, con quien coincidí siendo aún los dos guajes imberbes en La Voz de Asturias, él en tareas administrativas. Hoy el Centro Médico tiene como accionista mayoritario al grupo Masaveu y su desarrollo es espectacular caso de las instalaciones anexas al núcleo central, el IMOMA, centro de estudio y tratamiento oncológico como muy pocos hay en el mundo.

En fin, de momento las pilas están de nuevo cargadas y deberé de lanzarme, ¿o no?, de cabeza a la campaña electoral donde los españoles deberemos elegir a 54 privilegiados ciudadanos para ocupar otros tantos escaños en el parlamento europeo el próximo día 25. De los asturianos que van en las distintas listas solo veo con posibilidad de lograr plaza al joven ovetense y socialista Jonás Fernández que tiene cara de no haber roto un plato en su vida. Ya tendrás tiempo, chaval. La alcaldesa de Castrillón Angeles Vallina quedará a las puertas en la candidatura de Izquierda Unida lo mismo que el gijonés Salvador Garriga del PP que va en el puesto 22 ya que es seguro que el partido que manda Mariano Rajoy no pasará de 20. La abstención por las nubes, por supuesto



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