Aquí no dimite nadie

Nada, no den más vueltas, el acontecimiento de este mes en Asturias no son las elecciones al parlamento europeo el próximo día 25, ni siquiera si el Real Oviedo o el Sporting jugaran las promociones de ascenso, ni tampoco si la comisión municipal sobre el affaire Calatrava llega a buen puerto, el acontecimiento va a ser, sin duda alguna, la actuación como pinchadiscos en las fiestas de Luanco de don Francisco José Rivera Pantoja más conocido por Paquirrín. Este año, me sorprende, su madre, la tonadillera Isabel Pantoja, no ha sido contratada por la Sociedad Ovetense de Festejos para la fiestas de San Mateo. La verdad es que nos basta y nos sobra con Víctor Manuel y su 50 aniversario como cantautor.

 

Oviedo es una ciudad sorprendente. Tanto es así que no me sorprende que el próximo 15 del mes que viene el director de cine moscón Julio de la Fuente haga su estreno mundial del cortometraje “El quinto mandamiento” en el Teatro Filarmónica que tiene como protagonista al Schwarrzenegger asturiano, el polifacético Miguelo, hostelero de pro, propietario del restaurante “Tras la burra”en Trascorrales y persona inquieta y viajera donde las haya. Hace el papel de protagonista de una violenta historia de malos y buenos en las que como padre vengador de una hija violada no deja títere con cabeza. A Miguelo le gusta la interpretación -es como Telley Savalas en aquella famosa serie norteamericana “El comisario Kojak“- y también ha actuado en la última película de José Antonio Quirós. Me cuenta mi espía preferida que también tentaron para un cameo al diputado del PP Alfonso Román pero este ya tiene bastante con salir airoso como presidente de la comisión sobre el centro cultural Niemeyer además de ir pensando en retomar su futuro profesional como empleado del HUCA en el nuevo hospital. Por supuesto, no quiere hacerse viejo en política como su colega y buen amigo Isidro Fernández Rozada.

Entiendo que el presidente de la única peña de forofos del Atlético de Madrid, el concejal Benjamín Rodríguez Cabañas, esté, como su amigo el arzobispo Jesús Sanz, más nervioso que unas castañuelas ante el partido hoy del equipo colchonero frente al Chelsea pero el caso es que el tiempo pasa y en la calle Félix Aramburu -aquí o en La Bodega de Santa tienen sus casa- nos falta un árbol, desaparecido misteriosamente hace ya más de mes. Como somos tan de Oviedo como los de la calle Uría no nos olvide, estimado concejal.

 

Los medios de comunicación viven momentos que, quizás por la rapidez de los acontecimientos y los intereses ocultos, resultan sorprendentes para el ciudadano de a pié que no entiende el diluvio de cifras y porcentajes que se utilizan en numerosas informaciones periodísticas. Al paso que vamos ya no sabemos si aumenta o no el paro, si suben o no los salarios, si consumimos más o menos y por ahí para adelante. Lo cierto es que se palpa que cada vez el poder adquisitivo es menor y el último dato que podría explicarlo mejor que yo el presidente de la Federación Asturiana de Comercio Severino Alvarez Zaragoza es el de que Asturias es junto con Castilla León la comunidad española donde más está bajando el consumo en el comercio minorista. Mal síntoma vendan lo que venden desde la calle Suárez de la Riva.

 

Van quedando lejanos los tiempos en que Toto Castañón y Emilio Marcos Vallaure llevaban con pulso firme y sin polémicas el Museo de Bellas Artes ubicado en la zona noble de Oviedo. El caso es que hace más de una década la megalomanía imperante de nuestros dirigentes llevó a ampliarlo y se ha convertido en “El Escorial” ovetense con cinco consejeros de Cultura, incluído Marcos Vallaure, incapaces de rematar la obra. Ahora se quiere inaugurar una primera fase mientras la actual consejera, Ana González, maestra y ex judoca, se escuda en que no hay dinero para construir la segunda fase. Como estamos en campaña electoral el Partido Popular, creo que a través del diputado Agustín Cuervas Mons, ha pedido su dimisión. Tranquilo, aquí no dimite nadie. Ni el presidente del Real Oviedo.



Dejar un comentario

captcha