La muerte es esa cosa horrible, despiadada, inflexible, injusta, y mil espantos más que podría decir de ella. Para los seguidores del fútbol club Barcelona, y espero lo mismo de la nobleza de otros clubes de fútbol, la pérdida de este buen entrenador, tímido, prudente, inteligente, buena persona y trabajador, sea motivo de tristeza, de admiración y de reconocimiento a los méritos que demostró en su ejemplar vida.

        De todas las crueldades a las que nos somete la muerte, una de las peores puede ser que cuando tras una enorme suma de años de lucha, de esfuerzo, de sacrificio persiguiendo una meta, persiguiendo un sueño, cuando lo hemos finalmente alcanzado, esa cabrona asesina de la guadaña nos quite de en medio no permitiéndonos disfrutar del éxito merecidamente conseguido.

        Desde aquí envío mi sentido pésame a los familiares de Tito Vilanova y a todos los buenos amantes del deporte que arrastra más masas, despierta más pasiones, más polémicas y, a menudo, por desgracia, más mala leche y hasta odio. DESCANSA EN PAZ TITO VILANOVA.