Como me había prometido a mi mismo aproveché la festividad del Jueves Santo para realizar una excursión que hacía años no hacía. Ir desde Oviedo hasta el puerto de San Isidro y de éste a Tarna y vuelta a la capital. La verdad es que fue una excusa para utilizar por primera vez el nuevo corredor de Aller que encontré muy bien construido así como la desaparición del famosos argayo frente al pozo Santiago. Ahora en su lugar hay una glorieta de esas a los que nuevos técnicos en viales son tan aficionados. Día espléndido y poco tráfico. Seguro que hay mucho más en época de nieve. La verdad es que sabe a poco que el nuevo corredor termine a la altura de Cabañaquinta, capital del concejo, y no llegue hasta Felechosa. Si así fuera y si también la vía de FEVE llegara a dicha localidad -hay estudios sobre ello- sería todo un puntazo para la zona. En Felechosa además de la industria relacionada con el turismo y deporte de invierno -el nieto de “El rápido”, el ex concejal ovetense José Suárez Arias-Cachero fue émulo de Paquito Fernández Ochoa- hay ahora dos industrias importantes. La magnifica residencia para tercera edad que en las afueras, camino de San Isidro, ha construido el Montepío Minero -residencia verdaderamente espectacular y que algún día el concejo deberá agradecerlo al presidente del Montepío José Antonio Postigo- y la embotelladora de “Aguas de Cuevas” creada en su día por el citado ex concejal cuando jugaba a empresario -hasta lió en su momento al hoy forista Juan Vega y al cantautor Chus Pedro- antes de convertirse en ejecutivo internacional y que hoy es propiedad de una empresa gallega. La colonización del Principado es imparable.
Bien la carretera, paisaje magnífico y un cartel cerca de la cumbre con el título “El Fielatu”. Prometo traer un día para hacerle una foto junto a él al colega Borja Márquez, fundador y editor del semanario más leído del oriente asturiano, “El Fielato” precisamente. En lo alto, pocos turistas. Camino de Puebla de Lillo el paisaje ya leonés es más árido pero la carretera aprueba. Después de Isoba, primer pueblo tras la cumbre de San Isidro, el de Puebla de Lillo presenta algo más de animación pero sin pasarse. Eso sí, debo reconocerlo, hacía tiempo que no comía tan bien y tan barato. Fue en el bar “Madrid”. Sería para celebrar el triunfo en la Copa del Rey de los merengues. De Puebla de Lillo hacia el puerto de Tarna, ni un solo vehículo. La carretera presenta alguna deficiencia pero me informan que la Diputación de León ha aprobado tres millones de euros para mejorarla. El paisaje, impresionante. En el alto del puerto de Las Señales -algo más de 1.600 metros de altitud- se ven no tan a lo lejos los Picos de Europa, hoy y siempre con una belleza insuperable. De dicho puerto se baja algo hacia el de Tarna -1.400 metros-.
Un letrero despintado y rotulado por algún gamberro pone “Principado de Asturias”. Ni siquiera bienvenida. Con resignación una pareja se fotografía ante él como recuerdo. Bajo hacia Campo de Caso en compañía de las vivas aguas del río Nalón recién nacido en lo alto del puerto. Se me hace largo el camino pero la carretera no está mal y apenas hay tráfico. En las cumbres próximas aún hay restos de nieve. Pasando Caso, camino de Sobrescobio, observo más movimiento. Luego hago un alto en la plaza del ayuntamiento de Pola de Laviana, el concejo que menos sufre la crisis de las comarcas mineras. Espero que Cristóbal Montorodecida mantener en funcionamiento el pozo Carrio. Me consta que por Teresa Mallada, presidenta de HUNOSA, la decisión no va a quedar en vía muerta, todo lo contrario. Laviana, siempre lo digo, tiene un joven y buen alcalde: Adrian Barbón, del PSOE. En mis tiempos jóvenes se tomaban las mejores compuestas de Asturias junto las que también servían en Sotrondio y Pola de Siero y truchas de río en “La Mina”, emblemático establecimiento hostelero situado en la calle principal de Pola de Laviana.
Creo, por tanto, que de vez en cuanto los capitalinos debemos recorrer esta Asturias conocida pero muchas veces olvidada por el centralismo de nuestros dirigentes. Lamentablemente la jornada festiva se va con una muy mala noticia, otra tragedia marinera en la costa asturiana. Un barco portugués ha volcado frente a la zona de Navia y hay tres muertos y dos desaparecidos -pescadores gallegos y portugueses-. Pasa como en la mina, cuando viene la mala racha es como para echarse al temblar.