Desde la protesta violenta de Gamonal ( Burgos) se ha puesto de moda utilizar la calle como parlamento, como altavoz de la protesta, ya que la sociedad y la política van por caminos diferentes y basta para ello recordar el fracaso de la clase política en la gestión del problema del desahucio , problema que según el CGPJ afectó a 287.132 personas desde el año 2006 al 2.012, y que en el 2.013 según el Poder Judicial hubo una media diaria de 163 desahucios. Mientras desde el año 2010 la Banca recibió 108.000 millones de euros para su necesario saneamiento.
Hace unos días un grupo de manifestantes aireaban por las calles de Pola de Siero: “Violencia es no llegar a fin de mes”, cuyo contenido todos asumimos, pues debe ser muy duro ir al armario de la cocina y que esté vacío. La escasez, la falta de recursos, no es la única causa de violencia, con ser ésta muy importante, sino que creo que ésta nace o se incrementa cuando el ciudadano se siente engañado, se le prometen paraísos y mundos fantásticos, y elección tras elección se incumplen sin el mayor pudor, dando pie a esa consideración del político como titiritero, charlatán de feria, desvirtuando la importancia de su labor. Hace unos días el Papa Francisco pedía” que creciese el número de políticos capaces de entrar en un auténtico diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro tiempo”.
La práctica de la mentira , de los brotes verdes, de la Champions League, de España va bien ha sido utilizada por casi todos los grupos políticos, aún me atrevo a poner un casi porque aún espero una deseable regeneración del mundo político. Unos con mayor rubor y otros con el mayor atrevimiento y descaro, siempre que surja la ocasión. Así recuerdo que en marzo de 2.007 , dos meses antes de las Elecciones autonómicas, el Gobierno del Principado contrató de manera urgente el Plan Territorial Especial del Ärea Central con la pretensión de ordenar el área central, construir bulevares paralelos a las autovías, 10.000 viviendas y dos líneas de tren-tranvía…y todo con maquetas y planos para visualizar en el Hotel de la Reconquista. Y todo quedó en nada y eso que el entonces Presidente lo consideraba un ejemplo de “democracia urbanística”.
Violencia es comprobar que se suscriben pactos de Gobierno para cometer todo tipo de abusos, de atropellos, sólo en busca de algún que otro beneficio, como amañar concursos de oposición para premiar al amigo, al militante. Violencia es no respetar el ordenamiento jurídico en un Estado que se dice de Derecho, así sorprende que el año de más indultos, el 2.007, se hayan otorgado 521 y eso sin pararse a analizar quien son los indultados. Violencia es decir un día una cosa, y al siguiente, la contraria. Violencia es dilapidar los recursos de los ciudadanos hipotecando el futuro de las generaciones venideras. Violencia es infravalorar la inteligencia de los ciudadanos. Violencia es pensar que todo vale para obtener un voto, callar la verdad, engañar. Violencia es proclamar una ideología solidaria y practicar el abuso. Violencia es anteponer el bien personal al colectivo. Violencia es no respetar al hermano, al vecino, a todo persona, independientemente de su condición social, religión, raza o procedencia. Violencia es no representarse a sí mismo y no cumplir con nuestras obligaciones. Concluyendo violencia es optar por la estética, en de vez de por la ética.