Gentes de Amaiur, CiU, PNV, ERC,BNG y algunos más, andan promoviendo abandonar la nacionalidad española, mientras en dependencias oficiales, Ministerio de Justicia, delegaciones del Gobierno, Dirección General de Registros, y otras, se acumulan los expedientes de personas que solicitan la nacionalidad española y continúan las esperas en consulados y embajadas para conseguir un pasaporte español.
Al mismo tiempo que Artur Más insistía en sus maniobras para propiciar la independencia de Cataluña, los medios informaban sobre las largas colas en consulados y embajadas españolas, la mayor parte en Cuba, Argentina, Mexico, Venezuela y otros, de descendientes de españoles que solicitan la nacionalidad española, al amparo de la Ley de Memoria Histórica que permite optar a hijos y nietos de quienes tuvieron que huir de España, entre el 18 de Julio de 1936 y 31 de Diciembre de 1955, y que perdieron o renunciaron a la nacionalidad española. Un inciso, está es la mejor parte de la ley promovida por Zapatero.
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, cerca de 200.000 descendientes de exilados han obtenido ya la condición de españoles y se estima que al prorrogarse la ley, antes mencionada, puede haber otras 200.000 solicitudes más.
Es de justicia nacional que se ofrezca la posibilidad de tener pasaporte español y la protección pertinente, a tantas personas que fueron victimas de nuestros trágicos enfrentamientos. Para algunos la nueva nacionalidad significaría garantía de libertad y poner fin a regímenes dictatoriales que ya combatieron sus ascendientes. De Cuba, mal que le pese a la izquierda radical, hay 70.000 peticiones de pasaportes.
El tema adquiere todavía mayor dimensión por el anuncio de que el Gobierno anda preparando un anteproyecto de ley, reformando el Código Civil, que permitiría a los descendientes de los sefardíes expulsados de España en 1492, obtener el pasaporte español sin renunciar a su nacionalidad de origen. Hasta ahora , los sefardíes podían optar a la nacionalidad española por dos vías: después de dos años de residencia en España(al igual que los nacionales de Iberoamérica, Portugal y Filipinas) o por” circunstancias excepcionales”, con la carta de naturaleza, forma prevista en el Código Civil, por un decreto de 1924, y que fue el método utilizado para salvar del holocausto a algunos cientos de judíos.
De aprobarse la nueva ley ,unos 150.000 sefardíes podrán solicitar la nacionalidad española, siempre y cuando demuestren el origen y mantenimiento de su “vinculación con España”,la Sefarad que los expulsó, al igual que lo hicieron, por aquellos años,Francia, Italia(Parma y Milan) ,Polonia y otros.La vinculación deberá acreditarse suficientemente y valdrá la conservación de la lengua ladina, la versión del español hablado por los sefardíes, costumbres y el origen de los apellidos.
La Federación de Comunidades Judias ya ha recibido más de 6.000 consultas procedentes de numerosos países y diarios israelíes han publicado una lista de 5.200 apellidos sefardíes,todo lo cual está teniendo una amplia repercusión mediática y con opiniones diversas.Se habla de remedio de un “error histórico” y también de un aliento a la economía.
Como señalamos inicialmente, mientras unos están dispuestos a vulnerar las leyes para renegar de la nacionalidad española , otros bendicen las nuevas normas que les permiten adquirir la condición de ciudadano español.
La nacionalidad es el vínculo jurídico que une a los individuos con el Estado y le hace sujeto del mismo. Quizás para dar respuesta a tanto derecho a decidir, se podría considerar la oportunidad de abrir en las delegaciones del Gobierno, oficinas públicas para recibir peticiones de renuncia a la nacionalidad .De tal modo que quienes se sienten incómodos con la nacionalidad española puedan hacerlo constar, entregando el DNI, el pasaporte, la Cartilla de la Seguridad Social, el carnet de conducir y más y más.Todo muy democrático, sin quema de banderas.De momento se quedarían en el limbo , con el riesgo de ser expulsados, el “ius soli” no les pertenece.
Quienes opten por el adios, que se vayan, pero la finca es de más gente que la cuidó durante generaciones , que no admite parcelaciones y que es generosa para recibir a otros.