Acudo a un cajero automático de una sucursal de Liberbank para sacar unos euros, pocos, desde luego, y cuando hago la operación e iba a retirar los billetes me cae un documento al suelo y tras recogerlo intento retirar el dinero pero el cajero, muy bien aleccionado, se traga los billetes y me quedo a la luna de Valencia.Por un momento pensé que era una venganza contra mi de Manuel Menéndez pero no, la atenta directora de la sucursal a mi requerimiento no solo me promete devolverme mañana la cantidad sino que además me explica que es una medida, la de que el cajero se trague los billetes en unos segundos si no los retiras, de seguridad para evitar que los cacos se aprovechen, especialmente de clientes mayores lento de reflejos.
Partiendo de la base que tenemos una una policía eficiente no cabe duda de que la crisis ha hecho florecer la delincuencia en los principales núcleos urbanos. En Gijón repartidores de comida a domicilio son asaltados un día sí y otro también, en Oviedo un hostelero de la ruta de los vinos cuando iba a por su automóvil en un parking cercano a su negocio que acababa de cerrar fue asaltado y violentamente atacado quedándose sin los 4.000 euros que llevaba como recaudación del día. Las zonas periféricas no son tampoco en estos momentos muy seguras y otras pueden llegar a no serlo, caso, por ejemplo, de ese peculiar área de servicio que existe en el monte Naranco donde se bifurca la carretera para la cima y para Ules y el Centro Asturiano. Por el día autobuses de turistas que acudan a los monumentos pre rrománicos y ciudadanos descamisandose para tomar el sol cuando luce son sus ocupantes pero al caer la noche y en la noche misma de un tiempo para acá se ha convertido en cita de amoríos y encuentros sexuales que me recuerda mis tiempos jóvenes cuando era costumbre acudir a la carretera del Naranco a ligar aparcando siempre el automóvil a un lado de la carretera con el morro hacia abajo.
Durante un tiempo en Oviedo hubo establecimiento legal dedicado al intercambio de parejas, regentado con gran seriedad, por cierto, y ubicado cerca del palacio de los deportes. Ya cerró. Ahora, según me comenta mi espía preferida, la XPXIII, hay parejas que lo practican en el citado lugar de nuestro emblemático monte. En todo caso el Naranco continúa siendo la asignatura pendiente de Oviedo. El Principado acaba de autorizar a Arcelor Mittal la ampliación de las canteras con vistas al concejo de Llanera y también a otra empresa las canteras de Brañes en la zona de Escondriella. Algún grupo ecologista ha puesto el grito en el cielo pero ni caso. Los movimientos ecologistas desgraciadamente tienen poca fuerza en nuestra autonomía y menos en lo que se refiere a las canteras de piedra -las de Tudela Veguín son un escándalo-, canteras además que por sus características no tiene restauración posible, todo lo contrario que las explotaciones de carbón a cielo abierto que tantas trabas reciben.
Y en esto otro alcalde, el de Grandas de Salime, es imputado por utilizar indebidamente subvenciones para el cultivo de la patata. Eustaquio Revilla, alcalde del PSOE, se lleva mal hasta con el gobierno del Principado que es de su mismo partido. Como líder de la oposición está José Cachafeiro, del Partido Popular, que fue alcalde de dicho concejo un montón de años y tiene muy buena imagen. Hay ayuntamientos en el occidente asturiano con problemas, el de Cangas del Narcea es otro, pero de ello me ocuparé en un próximo artículo. De momento, ojo con cortejar en el Naranco que la policía no es tonta.