En este vídeo verán con detalle este cuadro de Richard Estes, uno de los pintores más sorprendentes de NY (aunque nacido en Illinois) y quizá el mejor representante del hiperrealismo contemporáneo. Su minuciosidad sólo es comprable a la de la escuela holandesa. Pensarán que están viendo un vídeo de una calle y no, se trata de uno de sus cuadros. Uno de los pocos en que aparecen personas, generalmente las evita y representa cristales, escaleras, fachadas, interiores...limpiando el polvo que los cubre habitualmente y reflejando en su brillo el resto de la escena que nos falta.
Ese Manhattan limpio, nítido, brillante y cristalino, aparece siempre de día con un cielo azul primaveral u otoñal, y un sol claro que ilumina pálidamente las avenidas. Ese Manhattan desprovisto de la multitud que lo habita cotidianamente, habituales y pasajeros; ajeno al ruido fragoroso de los motores que lo mantienen vivo, de la porquería que puebla sus calles. Es un Manhattan soñado y a la vez verdadero. Una fotografía minuciosa y detallada de lo que el ojo no ve, pues es difícil en esa ciudad prescindir, como hace el autor, del factor humano en la mayoría de sus representaciones.
El descubrimiento de este autor me permitió redescubrir la ciudad.
4 comentarios
# NB Responder
26/07/2012 12:12UN 'TIRO' A LA RODILLA Y A VER SI SIGUEN SIN ESCUCHAR LA VOZ DEL PUEBLO!!!!!!!!!!!!????
# Fernando Responder
26/07/2012 15:46Se puede decir más alto, pero no más claro. Tenemos el gobierno más fascista de los últimos cincuenta años. Estos lo único que pretenden es enriquecerse más aún. Los parásitos eclesiásticos felices, claro. Podían aprender un poco de Hollande.tw9x9
# raitanucu Responder
26/07/2012 18:52Totalmente de acuerdo con el crítico comentario. Pero, lamentablemente, los que podríamos intentar cambiar esa dinámica, o no votamos, o votamos a los mismos maulas que, alternativamente, nos vienen engañando desde hace muchos años. Así nunca mejoraremos.
# Miguel cp Responder
26/07/2012 23:07Sí señor, no gobiernan, sólo hacen lo que no dijeron que harían y que es lo que, por desgracia no los suficientes, sabíamos que iban a hacer (esto parece un discurso del mari-ano). Son consecuentes con los suyos y consigo mismos. Capaces como capataces.