Me entristece conocer por boca de su hijo que Adolfo Suárez está en fase terminal tras unos últimos años atacado por una enfermedad neurológica que le hizo perder el sentido de la realidad. Un personaje de Estado, clave en la restauración de la democracia en nuestro país, su relación con Asturias fue intensa siendo su partido, la Unión de Centro y Democracia (UCD), un conglomerado político que durante un tiempo aglutinó diversas tendencias que fueron desde los liberales hasta los socialdemócratas pasando por los democristianos y que en Asturias tuvieron destacados políticos representativos de las mismas como Javier Vidal, Emilio García Pumarino o Luis Vega Escandón, por citar, sin olvidarme tampco del doctor Adolfo Bharte Aza, que fue presidente regional de UCD o el hoy diputado del Partido Popular Alfonso Román.
Adolfo Suárez tenía buenos amigos en nuestra región ya de los tiempos en que fue secretario general del Movimiento en época de Franco. Por aquel entonces conectó muy bien con una figura líder del movimiento obrero del sindicato vertical Noel Zapico que llegó a ser presidente del Consejo Nacional de Trabajadores y a punto estuvo de ser ministro de Trabajo en el último gobierno del general. No lo fue porque le vetó la cúpula militar por haber participado en una seudo comisión que había iniciado pasos para dar una apertura democrática al régimen cuando muriera el dictador.
Posteriormente, me acuerdo muy bien, siendo ya Adolfo Suárez presidente del gobierno de España, envió a su cuñado Aurelio Delgado, su mano derecha y jefe de gabinete en los primeros años de mandato, a Asturias para convencer a Noel Zapico que no solo fichara por UCD sino que también iba en la oferta la dirección general de la Seguridad Social, tema éste en que el entonces ya ex sindicalista era experto. Pero Noel Zapico, que fue siempre persona de convicciones firmes, ya estaba afiliado a Alianza Popular –fue el número dos por Asturias en las primeras elecciones democráticas y solo salió diputado el uno, Juan Luis de la Vallina- y declinó la oferta con gran disgusto por parte de Suárez.
UCD por aquel entonces tenía un importante asentamiento en nuestra comunidad autónoma siendo su ideólogo principal Emilio García Pumarino y como fontanero y secretario regional del partido actuaba el hoy presidente del sector de la construcción Serafín Abilio Martínez.
Una jugada importante de Adolfo Suárez para con Asturias fue enviar como candidato cunero al Congreso a su ministro de Trabajo el madrileño Rafael Calvo Ortega, catedrático del Derecho del Trabajo y persona de gran confianza del presidente. Rafael Calvo Ortega conectó muy bien con los dirigentes de UCD de Asturias y con la propia región, en la que pasaba los fines de semana. Recuerdo su firme decisión de revitalizar las escuelas de aprendices comenzando por la de la Fábrica de Armas de Trubia y la de ENSIDESA aunque al final no tuvo tiempo de desarrollar el programa previsto para las mismas.
Al citado cuñado del presidente, Aurelio Delgado, se le ocurrió la idea de adquirir una serie de periódicos regionales para montar una cadena de medios de comunicación comenzando por el Diario de Avila, de donde es natural y que ya era de su propiedad. En ese proyecto entró también el diario Región de Oviedo, que lamentablemente cerró en 1983. Región, propiedad de las familias Aza y Figaredo, no iba nada bien y la posibilidad de que la cadena vinculada a UCD lo comprase suponía la salvación del mismo. De hecho la gestión del veterano periódico ovetense (Se fundó en 1923) llegó a llevarse desde Madrid a través de Fernando Zuazua que era la persona de confianza de Rafael Calvo Ortega en Asturias y que fichó a Juan de Lillo como director y unos meses después a mi como adjunto. Todo iba sobre ruedas pero la dimisión como presidente de España de Adolfo Suárez, la sucesión de Leopoldo Calvo Sotelo, el intento golpista del 23-F… todo hizo saltar el proyecto periodistico, y la propia UCD, por los aires lo que, como digo, en noviembre de 1983 llevó al diario Región al cierre. UCD se vino abajo y Adolfo Suárez, dolido con muchas personas de su confianza, incluído el cuñado Aurelio Delgado, quisó seguir en política fundando el CDS, partido que no cuajó –la ola del PSOE con Felipe González a la cabeza era imparable- y que en definitiva fue su tumba política.
La última vez que estuve con Adolfo Suárez fue en en el Teatro Prendes de Candás en un mítin del CDS en el que ya percibí que el ex presidente había perdido mucho tirón. Recuerdo también de mis contactos personales con él una visita al interior del pozo Maria Luisa, despues de la realizada por los Reyes de España, siendo aún presidente del gobierno Arias Navarro, acompañado por la diputada Carmen Moreno, ya fallecida, y por el entonces presidente de HUNOSA José Manuel Fernández Felgueroso también buen amigo de Suárez y muy pro UCD en aquellos años. Adolfo Suárez era populista y conectaba muy bien con cualquier colectivo social. Con los mineros no iba a ser menos. Hizo amago de picar con un martillo neumático y charló con los representantes sindicales. Entonces era una HUNOSA como más de 25.000 trabajadores.
La vida de Adolfo Suárez se apaga pero su personalidad, su labor de líder, ha quedado ya para siempre en la historia contemporánea de España. En 1996 la Fundación Príncipe de Asturias le distinguió con el premio de la Concordia. Otro reconocimiento más, bien merecido, desde nuestra tierra a su insuperable personalidad.