La opinión pública asturiana se ha visto hoy conmocionada por la noticia del ingreso en el Hospital General del presidente del Principado Javier Fernández quien el día anterior tras sufrir molestias en el pecho fue sometido a análisis descubriéndose que sufría una angina de pecho. Como la operación salió bien todo hace indicar que el domingo estará ya en su domicilio de Gijón. En todo caso, estimado presidente, no se acelere a volver a la actividad normal, siempre cargada de estrés y tensión, máximo en los tiempos que nos ha tocado vivir. Entre tanto, supongo, será el consejero de la presidencia, una de sus manos derechas,Guillermo Martínez, quien tomará el timón de la Administración autonómica. El ex alcalde de Siero además de joven es experto en cuestiones de gobierno y militante de absoluta confianza de la Federación Socialista Asturiana y de Ferraz.
Javier Fernández, ya sesentón desde hace seis años, es un presidente tranquilo y un tanto fotofóbico, de vida austera a quien los pinchos de tortilla -lo captan ¿no?- no le interesan mayormente. Ingeniero de minas, funcionario de la correspondiente dirección regional, ha sido diputado en Madrid y socialista desde el uso de razón por herencia familiar. Siempre tuve la sensación de que no tenía gran apetencia por convertirse en jefe del Ejecutivo regional pero las circunstancias le empujaron a ello. Muy en la línea de Alfredo Pérez Rubalcaba, la línea oficialista, su futuro en cuanto a intentar continuar como presidente otra legislatura es una incógnita, máxime tras este serio aviso físico. Pese a gobernar en minoría y con los presupuestos prorrogados, además de una muy escasa colaboración por parte del gobierno de la nación, políticamente de distinto color, rehuye las polémicas pero se aprovecha, normal, de los enfrentamientos de la dividida oposición asturiana. Foro y PP están a la greña, UPyD no arranca e IU tiene choques internos que se están poniendo ahora en el foco de la actualidad como es que el líder de Izquierda Abierta Gaspar Llamazares haya impugnado la lista de la coalición al considerar que los suyos han quedado excluidos de la misma. Cayo Lara lo tiene atravesado.
Aprovecho este día primaveral para tener una agradable reunión en Gijón con el experto en temas futbolísticos Manuel Louzao, el psicoesteta Ramiro Fernández, cada vez más preocupado por el futuro del Real Oviedo, el representante asturiano del Comité Olímpico Agustín Antuña, al que doy un abrazo solidario por el fallecimiento hace unos días de su hija, y el ex presidente del Sporting Manuel Vega Arango. Como siempre se presenta hecho un pinchu. Es toda una enciclopedia e la vida local. Lo que me maravilla es como a sus años 76 continúa practicando deporte, principalmente el tenis. Persona de confianza de Angel María Villar es quien en la práctica lleva la Fundación de la Real Federación Española de Fútbol. Vega Arango es de esos gijoneses de la calle Corrida que aprecian de verdad Oviedo, lo que siempre es de agradecer. También iba a acudir a este encuentro de buenos amigos el propietario del Sporting José Fernández pero el traumatólogo José Antonio de la Fuente le acaba de operara una de las rodillas y está en recuperación en su casa de Somió. Vamos, que se perderá lo que resta de temporada futbolística aunque, seguro, su equipo le dará la satisfacción de ascender a primera. Eso se espera a la orilla del Piles.
