Tras el Principado es ahora el ayuntamiento de Gijón quien renuncia a las subvenciones para patrocinios que les da Coca Cola. La chispa de la vida cada vez tiene menos de lo primero y también menos de lo segundo. Por cierto, me gustaría conocer los nombres del consejo de administración de la distribuidora asturiana Asturvega ahora encuadrada en una compañía nacional. ¿Será verdad que hay ilustres apellidos asturianos en el mismo?. Es lo que nos faltaba.
Viene la Unión Europea y le pega un capón al Principado. No es legal el céntimo sanitario que nos vienen cobrando desde 2002 -una idea del vituperado Vicente Alvarez Areces- al echar gasolina o gas oil en cualquier dispensario de combustible de nuestra comunidad-. Además, ahora las comunidades afectadas, todas menos tres, deberán devolver lo indebidamente cobrado. Es igual que sean del PSOE o del PP, estos partidos centralistas que se han venido turnando en la gobernabilidad de España desde que UCD pasó a mejor vida se han convertido en un monstruoso aparato de drenar recursos a los ciudadanos para mantener la gigantesca administración que tenemos implantada en este país llamado, de momento, España.
Cada vez veo más taciturno y preocupado al recto de la Universidad Vicente Gotor. El buen catedrático acude con gesto adusto a los actos temiendo que los alumnos protestones del campus de Gijón le localicen e interrumpan con sus protestas el acto. El rector no se explica semejante virulencia por un grupo reducido de estudiantes, no más de 20 en una universidad que cuenta con 24.000, por lo de la fusión de dos bibliotecas en una en el campus gijonés. “Alguien les maneja” me comenta Gotor preocupado, a la espera de volver a entrevistarse con el presidente del Principado Javier Fernández que tiene que soltar la grava pertinente para que la universidad no se colapse.
A todo esto van los trabajadores de la constructora pública SEDES, cuya subasta para privatizarla ha quedado desierta, y se convierten a modo de protesta en okupas del edifico que la citada empresa tiene abandonado en la calle de Uria donde hace años hubo dependencias de Hacienda. Otros okupas lo hicieron hace años en otro inmueble de SEDES en la calle de General Elorza, antigua consejería de Sanidad. Me sorprende que el delegado del Gobierno Gabino de Lorenzo mire para otro lado como si no pasase nada. Y es que el Principado quiere recaudar tanto con la privatización de sus activos ociosos que coloca el listón tan alto que ahuyenta a los hipotéticos aspirantes. Las sedes de nuestra autonomía en Bruselas y Madrid continúan en venta y ahora sale al mercado el mítico hotel de la Reconquista, el primero de cinco estrellas que hubo en Asturias. No es exactamente que se venda, es que se adjudica por 40 años por lo que, seguro, ni Javier Fernández ni un servidor veremos el final del contrato. Quien se haga cargo del Reconquista deberá abonar como alquiler casi 400.000 euros al año, invertir en mejoras casi 3 millones de euros en los primeros cinco años y además hacerse cargo de la plantilla que en la actualidad pertenece a HOASA. Me da en la nariz que el concurso público ahora convocado quedará desierto como otros tantos. SEDES, como constructora pública, fue el brazo ejecutivo de la Administración autonómica durante años, siendo colocada de pantalla para operaciones en muchos casos nada claras. Estar de plantilla en SEDES era para el trabajador una garantía de pervivencia; vamos, como si fuera funcionario por oposición pero han llegado la época de las vacas flacas y el Gobierno del Principado mira hacia otro lado olvidado los servicios prestados por la citada compañía de la que es accionista mayoritario. Y es que los políticos recuerdan mal los favores recibidos por eso no dejéis nunca que os utilicen.
