Por fin Asturias tiene presidente del Principado. Esta mañana Francisco Alvarez-Cascos fue elegido con los 16 votos de su grupo, anunciando 9 consejerías y los que serán titulares de ellas. Mañana, en lo que quiere sea una ceremonia austera y en presencia de la ministra Rosa Aguilar, tomará posesión de su cargo en las escalinatas de la Junta General del Principado. De los nuevos ministrinos conozco al de Cultura y Deportes Emilio Marcos Vallaure (la influencia de María Porto es alargada). A lo mejor lo ha nombrado para que de una vez por todas logre terminar las obras del Museo de Bellas Artes, del que era director. En deporte no lo veo muy ducho aunque espero que Desiderio Díaz López, el sancionado presidente de la Federación Asturiana de Bolos, le de clases para practicar la cuatreada. Me parece interesante el nombramiento de José Manuel Rivero, ejecutivo de HC, para Economía y Empleo y, por supuesto, el del periodista Florentino Piñón para Presidencia. Este ovetense inició sus primeros pasos en la profesión en Hoja del Lunes y después en La Voz de Asturias. Cuando Alvarez-Cascos fue ministro de Fomento llevó su departamento de prensa, tras trabajar unos años en la sede central del PP en Génova. Tras la marcha del entonces ministro de la política activa se fue al gabinete de prensa del madrileño ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón.
Desde un principio supe que si Cascos accedía a la presidencia del gobierno asturiano Piñón sería su mano derecha. Algo así como lo fue Salvador Fuente hijo con Sergio Marqués o Víctor Fernández con Vicente Alvarez Areces, aunque estos no tuvieron la condición de consejeros. Precisamente la última vez que vi a Florentino Piñón fue en el salón de actos del colegio de Médicos en la conferencia que el colegio de Caminos organizó para Alvarez-Cascos sobre infrestructuras cuando ni siquiera había nacido Foro Asturias. Una conferencia en la que, por cierto, si estaba en primera fila aplaudiendo con fervor al diputado popular Isidro Fernández Rozada. Al nuevo de Sanidad José María Naavia-Osorio le conocí en el Centro Asturiano de Oviedo cuando Alvarez-Cascos presentó el último libro del sociólogo Amando de Miguel. Navia-Osorio, que ocupó importantes cargos en el INSALUD cuando el gobierno de Sergio Marqués, creo recordar, elogió en aquel acto al ex ministro del que se confesó enamorado de sus iniciativas y planteamientos, manifestando también que hacía poco tiempo que le había le conocido personalmente. Su principal reto, naturalmente, deberá ser la puesta en marcha del nuevo Hospital Central.
Preocupado por la que se avecina el alcalde de Oviedo Gabino de Lorenzo reunió ayer en su finca de Benia (Onís) a sus concejales y a algún que otro peso pesado del PP. Desconozco si mañana a mediodía asistirá a la toma de posesión como presidente de Asturias de Francisco Alvarez-Cascos. No hace falta que le ofrezca la banda de gaitas porque el nuevo presidente quiere que la ceremonia sea de los más austero, ni gaitas ni canapés, que hay que ahorrar. Supongo, eso si, que cantaremos a capela el “Asturias, patria querida” .
Como pueden comprobar hay gente nueva en política en los titulares de las consejerías de este primer gobierno de Alvarez-Cascos. El presidente saliente Vicente Alvarez-Areces no se atrevió a opinar sobre ellos “porque apenas los conozco”. Personalmente creo que es bueno que lleguen caras nuevas a los máximos órganos de dirección del Ejecutivo asturiano. Volviendo al partido Popular de Asturias decirles que su lista para el Congreso de la nación así como para el Senado será continuista y sin sorpresas. En ellas irán Ovidio Sánchez, que ya ha perdido su condición de senador en favor de Isidro Martínez Oblanca, Ramón García Cañal, Agustín Cuervas-Mons y Mercedes Fernández que se ha mantenido fiel al partido conservador pese a la gran amistad que le unió con Francisco Alvarez-Cascos. Incluso estuvo el otro día en Zaragoza en la investidura de su compañera Luisa Fernanda Rudí como presidenta de Aragón. Lo dicho, ya tenemos papa y cardenales. Solo queda nombrar a los obispos