La chispa de la vida

Hace años que no tomo Coca Cola. Si se fijan es raro ver a una persona de más de 50 años tomar un cubata pero el caso es que si la tomase automáticamente me pasaría a la competencia. Ya se que no es el fabricante del producto – ¿La chispa de la vida?, para los empleados en Asturias todo lo contrario- sino la embotelladora la que ha decidido, pese a sus importantes ganancias, cargarse tres plantas en España, entre ellas las de Colloto. No se por qué pero tengo la impresión de que en el accionariado de la embotelladora hay algún que otro ilustre apellido asturiano de cuando la vendieron, unificándose todas las plantas ubicadas en nuestro país. El consejero de Industria Graciano Torre, quien por segunda vez ha evitado la reprobación del parlamento asturiano, pide que la empresa sufra lo suyo. Estoy de acuerdo, como lo estoy con que el Principado retire subvenciones a dicha bebida, lo que espero haga ahora la Sociedad Ovetense de Festejos que preside la elegante concejala Belén Fernández Acevedo. Este affaire de Coca Cola es una demostración más de la prepotencia de empresas que no creen en su gente ni en la tierra de donde obtienen sus euros. Es también una lección palpable de la falta de comunicación con la sociedad. A la dirección de la embotelladora les recomendaría el asesoramiento del periodista asturiano José Manuel Velasco, presidente de los DIRCOM de España, para que les busque un buen experto en comunicación que los directivos solo se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena. En todo caso mi solidaridad con esas 144 familias que ven ahora peligrar su puesto de trabajo y que desgraciadamente no son las únicas en esa inquietante situación.

 

Será para combatir la depresión que me produce hechos como el cierre de la planta embotellara de Coca Cola pero me acerco hasta Ribadesella para departir con ese gran destilador de buen alcohol que es Emilio Serrano de Los Serranos. Su fábrica en Collera es una cocada y ahí está el buen empresario luchando contra la adversidad y manteniendo ocho puestos de trabajo y unos productos orgullo de nuestra comunidad. El sector licorero, como tantos, ha venido cayendo. De treinta destilerías que llegó a haber en Asturias solo quedan Los Serranos y otro par, muy pequeñas. Los Serranos fabrica un licor de sidra con denominación de la Unión Europea que levanta a los muertos. Emilio Serrano, premio de Turismo de Asturias, es no solo un empresario emprendedor a sus 80 años sino que desde hace varias décadas se ha convertido en el embajador turístico del oriente asturiano exhibiendo con orgullo su título de hijo predilecto del concejo.

 

Autor de libros, tiene uno a punto sobre los hijos predilectos y adoptivos de los concejos asturianos -De 78 no llegan a 40 los ayuntamientos que tienen alguno- y con una decidida vocación de coleccionista, en su casa frente a la fábrica no le cabe un papel o libro más. Hasta finales de los 90 de manera oficiosa, pero impulsado por su amor a la tierra y sus excelentes relaciones públicas y comerciales, montaba el stand de Asturias en FITUR. Tuvo tanto éxito en aquellos años que no solo en cierta ocasión logró que el Rey Juan Carlos se colocara unas madreñas sino que un consejero quiso nombrarle director regional de Turismo pero la política no es lo suyo. Pertenece a asociaciones y peñas y me comenta que una de mujeres, “El garabato”, va a conceder este año su distinción anual “Manos curtidas” al cronista oficial de Ribadesella, mi admirado colega Lorenzo Cordero. Que a Emilio Serrano no se le pone nada por delante es un hecho, de ahí que centrara no hace mucho la atención de la prensa del corazón al representar en la Casa de la Cultura de la villa “La muerte de un viajante” junto a una residente ilustre en el concejo, la abuela de la princesa de Asturias Menchu Alvarez del Valle.

 

El alcohol, como no podía ser menos, es un producto muy controlado. El gobierno de Javier Fernández acaba de aprobar la prohibición de consumo a menores de 18 años. Estoy de acuerdo. Tiene también unas fuertes tasas de tal manera que por cada litro que fabrica Emilio Serrano el coste se incrementa más de diez veces por los impuestos que cobra Hacienda. Pero este empresario cuyo bisabuelo comenzó a fabricar anís en  Quintanar de la Orden (Toledo) no se arredra ante la diversidad. Será por eso que sigue soltero. En la próxima fiesta de Asturias, el 8 de septiembre, debería recibir la medalla de Asturias.



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