Si no tengo mala memoria creo que en solo dos ocasiones he visto una tirada de bragas televisada. La primera vez fue cuando la 1 de Televisión Española retransmitía las corridas de toros y el receptor era el maestro Jesús Janeiro "Jesulín deUbrique"; la segunda y más reciente, retransmitida por varios canales de TV, fue en Madrid y quien recibió las bragas fue el presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Rouco Varela, al que, por cierto, un "bragazo" le hizo perder el equilibrio y le tiró las gafas al suelo.
Ambos casos solo tienen en común la prenda de lencería lanzada: las bragas. Pero presiento que en el primero, el de Jesulín, todo partía de la admiración que sus incondicionales femeninas sentían por el torero; mientras que en el segundo, el deRouco, fue consecuencia del rechazo que genera en una buena parte de las mujeres españolas este cardenal y compañía.
La Conferencia Episcopal española, formada en exclusividad por hombres, está empeñada en meterse en el alma de las mujeres para decir lo que tienen o no tienen que pensar y lo que tienen o no tienen que hacer. Puede ser que los miembros de la Conferencia, suponiendo que no hayan tocado mujer, asuman su lado femenino y con el se impregnen de la sabiduría sensible que les capacite a fijar las normas que las españolas tienen que seguir en sus relaciones sexuales, en sus embarazos y en su vida.
Precisamente el ex portavoz de la Conferencia Episcopal, Martinez Camino, ya le faltó tiempo para amenazar (¡peligro!) con la excomunión "ipso facto" a las abortistas y a sus colaboradores técnicamente necesarios. Incluso si la supuesta abortista haya quedado embarazada consecuencia de una violación o que , durante su embarazo, se le haya detectado una malformación irrecuperable. Martinez Camino nunca quedará embarazado y, menos para trabajar en las Misiones que eso es cosa de obreros , se le puede considerar un todo terreno de la ortodoxia retrógrada y manipuladora de esa Iglesia del despacho y el santo oropel. Con toda seguridad, de haber nacido unos siglos antes, hubiera sido un buen fogonero de la Inquisición. Es todo un experto en meter el miedo en el cuerpo con ex comuniones e infiernos eternos.
Con este revuelo que está armando el aborto del ministro Gallardón, vamos por mal "camino", igual continúan las tiradas de bragas y Jesulín de Ubrique ya está retirado de los ruedos. Las mujeres, libremente, son las únicas que saben lo que les conviene y las únicas que tienen derecho a decidir.