Parece que la afición azul está tranquila. Según Elías, yerno de Carlos Slim, y máximos accionistas del Real Oviedo a través del grupo CARSO, nos han enviado un guerrero, un tal Joaquín del Olmo que fue jugador internacional azteca y entrenador en aquel lejano país. Viene como director deportivo a inflar, por si no estuviera poco, el staff directivo del club. Por lo visto lo recomendó el antiguo jugador azul Chepo de la Torre -más de 20 años desligado de nuestra tierra- y es que, por fin, aunque de manera a mi juicio poco acertada, el accionista mayoritario del club ovetense comienza a despertar tras meses de ignorar la marcha del histórico equipo que no es capaz, por lo que se ve, de ascender a segunda A. No entiendo que se envíe a Vetusta a Joaquín del Olmo como máximo responsable deportivo cuando aún no se ha resuelto, por lo visto por falta de liquidez, el futuro del entrenador Granero y de su segundo y director deportivo Carmelo del Pozo. Además, vaya cara que les habrá quedado a los tres nuevos miembros del consejo de administrador cuando han visto en las oficinas del club el el Carlos Tartiere al entrenador mexicano. Para empezar, el voluntarioso de Vili, el más listo de todos, gerente in eternum del club carbayón, deberá comenzar a presentarlo en sociedad y a explicarle desde quien son las APARO hasta la personalidad del bueno del pastelero que es Ataulfo, oviedista donde los haya, y por supuesto, a cortarse la melena lo más pronto posible, que la tiene, en la peluquería del psicoesteta Ramiro Fernández. O el mexicano pasa por el arco del pedigrí ovetense o estará perdido.
Dicho con todo el respeto pienso que el yerno de Carlos Slim y ese periodista ovetense que le asesora en la sombra deberían comenzar por invertir en algún que otro nuevo jugador para reforzar esta floja plantilla que tiene el club en la que solo dos asturianos suelen entrar en la alineación titular, el defensa Alvaro y el delantero centro Cervero. Joaquín del Olmo y Granero son dos trenes que chocarán en breve y a estas alturas de la liga ello no es bueno para el club. El Real Oviedo y su nuevo consejo de administración, sin un euro según ellos, salvo para que algún que otro espabilado cruce el Atlántico, espero que en clase turista, no quieren saber nada del mercado de invierno y entre tanto jugadores asturianos con futuro son fichados al alza. Por ejemplo, la estrella del Lugones, el delantero Jorge Fidalgo, que se nos va esta semana al Noja, equipo colista de la segunda B que no solo empató con el Real Oviedo sino que tampoco desaparece como estaba previsto al recibir una subvención de 90.000 euros del ayuntamiento cántabro. El portero del Lugones, Jorge, es posible que también cambie de aires en breve, codiciado como está por varios equipos de segunda B. Qué bien le vendría este chaval al Oviedo en vez de andar con porteros rebotados de otros clubes o cedidos por equipos lejanos como el Málaga, por poner un ejemplo. La verdad es que el espíritu del Real Oviedo se perdió a raíz de convertirse en sociedad anónima, un espíritu que era ejemplo y envidia del fútbol español y que con el paso de los años y la mala gestión se ha ido disolviendo en el recuerdo con una afición fiel pero desorientada a más no poder.
De momento lo único que ha hecho el nuevo consejo de administración -espero que este mes dimita el presidente Jorge Menéndez Vallina como concejal del ayuntamiento de Oviedo- es incrementar la plantilla. La llegada del entrenador mexicano ha producido dos declaraciones extrañas: Una, desde México, en el sentido de que su sueldo lo pagará directamente el grupo CARSO (?) y otra de él mismo en el sentido de que no cobrará si no logrará que ascienda el equipo a la segunda A. Y es que de mesiánicos está el mundo lleno y en el fútbol más.