Si la “competitividad” se logra sólo trabajando progresivamente en condiciones de mayor precariedad, rebajando los salarios y la capacidad de consumo interno… pronto se desvanecerán los datos aparentemente, fugazmente, positivos.
Las alas para iniciar el vuelo y facilitar la rehabilitación del bienestar son el I+D+i, es el talento, es la imaginación, es el conocimiento y la capacidad empresarial.
¿Competitividad recortando las inversiones en ciencia e innovación? Es una enorme incoherencia. Las expectativas de un Ministerio de “Economía y Competitividad” se han desvanecido. Como tantas otras expectativas.
Ayer escuché, atónito, referirse al “mercado del talento”. ¡No, por favor! Ya me parecía totalmente inaceptable lo del “mercado” de deportistas, especialmente futbolistas… Mercado de invierno, mercado de verano. Todo rememora a la antigua Roma.
El talento nunca aceptará que se le considere “mercado” porque desde hace muchos años ha puesto de manifiesto su total aversión a la sustitución de los principios democráticos por los valores mercantiles.
Se nos va el talento. Obama ha logrado en los Estados Unidos exactamente lo contrario: atraerlo. Lo anunció en momentos críticos. Lo ha cumplido.
Imítenlo.