Hacía meses que no le veía y en un día nos tropezamos dos veces. Me refiero al ex concejal Ismael Rey, ahora metido a recuperador de ordenadores, con una gran fama, por cierto, en un establecimiento que tiene donde La Florida. Ismael Rey, polémico donde los haya, anda también metido en un proyecto de televisión local a través de la Fundación Gustavo Bueno cuya sede está en el chalet Miñor del ex cirujano doctor Herrero en la avenida de Galicia, gentilmente cedido por el ayuntamiento de Oviedo para mayor gloria y esplendor del insigne filósofo Gustavo Bueno. Esta fundación cultural, nacida en su día a los pechos de Gabino de Lorenzo, ha venido desarrollando con altibajos una labor cultural interesante pero con el cambio de titularidad en la corporación municipal parece haber entrado en una crisis preocupante. Primero porque ahora el ayuntamiento les pide ahora que devuelvan un montón de miles de euros de subvenciones no justificadas y, por otro, se han visto obligados a presentar un ERE para los cuatro trabajadores que tienen en plantilla.
Lo siento, otra iniciativa que está escurriéndose a los ovetenses entre los dedos y es que, la verdad, a Oviedo le convenía disponer de una tele local, modesta pero eficaz con el objetivo de reafirmar la imagen de la capital de Asturias. El propio Ismael Rey me comentaba cabreado el hecho de que los vecinos del ovetense barrio de La Corredoria hicieran por su cuenta, y a la misma hora, una cabalgata de reyes magos paralela a la que tradicionalmente y con gran boato organiza la Sociedad Ovetense de Festejos. Bueno, estamos en un país libre, creo, pero ciertamente no hay nada mejor que aunar esfuerzos y no remar cada uno en distinta dirección de la corriente. ¡Cuanto darían los de Lugones por pasar de Siero a Oviedo!.
Entre tanto, pasadas, por fin, las fiestas, vamos directamente camino de las elecciones al parlamento europeo que tendrán lugar el 25 de mayo próximo. En estos momentos, si no recuerdo mal, hay tres asturianos en dicho parlamento. La gijonesa María Muñiz, del PSOE y persona de gran confianza de Elena Valenciano, que repetirá, el también gijonés del PP, Salvador Garriga, probablemente no repetirá, y el socialista ovetense, ex alcalde de la capital, Antonio Masip, que lleva en Bruselas dos legislaturas y aspira a una tercera. Casi estoy por vaticinar que la dirección de Ferraz va a volver a colocarle en un buen lugar para que salga que es incombustible. De lo contrario Antonio Masip retornaría a Oviedo y como es persona inquieta y combativa estoy seguro haría lo posible para que la AMSO, que continúa dominando pese a los desesperados intentos del secretario general Wenceslao López, le nombre candidato del PSOE a la alcaldía de Oviedo.
En algunos partidos -no en el Partido Popular- habrá que celebrar primarias para elegir a los candidatos. Para las elecciones al parlamento europeo además de los citados no creo que haya candidaturas con asturianos situados en lugares con posibilidades de salir elegidos. Para ello necesitarán del orden de los 400.000 votos. Probablemente UPyD repita con el catedrático de Derecho de la Universidad de León y ex secretario general de la de Oviedo Francisco Sosa Wagner, antiguo seguidor del profesor Tierno Galván, quien de ser así probablemente repetirá ya que UPyD a nivel nacional está en alza. A Cayo Lara le gustaría que el incontrolable, desde su punto de vista, Gaspar Llamazares encabezase la lista de IU para, así, enviarlo fuera del Congreso, mientras que Foro Asturias, aún a sabiendas de que no tiene nada que hacer pero queriendo estar presente en la batalla, hará una lista para aprovechar espacios públicos y sacar los colores a los dos grandes partidos. No descarto que el comunicólogo Juan Vega encabece la lista. Entre tanto el Partido Popular continuará con su desgaste por el proyecto de ley de aborto. Me sorprende que algunos de sus gurús anden por ahí diciendo que el voto de los suyos en el Congreso está asegurado porque este polémico tema es algo que el PP llevaba en su programa electoral. Hay que tener jeta, también llevaban otras muchas promesas que Mariano Rajoy y su gobierno no han cumplido sin que ningún militante del partido conservador por ello se rasgue las vestiduras.
