El gran casamentero

Mientras me lanzo calle Santa Cruz abajo tras Sus Majestades los Reyes Magos en busca del carbón que me han prometido para este año y que solidariamente entregaré a los mineros de HUNOSA, reflexiono sobre el político emergente, que ya es decir, de la corporación municipal ovetense: el moscón Roberto Sánchez Ramos “Rivi” quien con un par de manoletinas dignas de “El Viti” se está haciendo con el control del ayuntamiento ovetense por la ceguera del resto de los partidos de la oposición, PSOE -lo de Alfredo Carreño es patético, amigo Wenceslao- y de Foro cuyo grupo municipal cada vez está en menor sintonía con la junta local y con la propia dirección del partido.

No solo “Rivi” y los suyos, Alejandro Suárez y Emilio Huerta “Triqui” se han apuntado un gran tanto político sacándole al grupo gobernante cinco millones de euros de más en los presupuestos para temas sociales sino que el veterano concejal moscón cada día que pasa gana más adeptos por los barrios, caso de este fin de semana con los vecinos del Naranco en multitudinaria reunión en la iglesia sobre la supresión o no de las líneas de autobuses. Roberto Sánchez Ramos es con mucho el concejal que más casamientos lleva oficiando en la presente legislatura. Le gusta, ¿Y a quien no?, bendecir el  amor que no la guerra. En su día mi espía preferida, la XPXIII, que andaba de compras por la Quinta Avenida me facilitó la exclusiva de que el concejal ovetense de IU se había casado en el consulado de España en Nueva York, ciudad que le encanta y en donde trabaja, de ahí el escenario de la boda, una cuñada suya. Sin renunciar a su ideología de izquierdas “Rivi” es un político que ha ido ganando en pragmatismo, trabajador incansable, atento a las inquietudes de los vecindarios y siempre Pepito Grillo de los poderosos y gobernantes. Este fin de semana, como digo, ofició una misa laica desde el altar de la iglesia de Loriana. Actuó como si del arzobispo se tratase, ayudado por tres colegas concejales, del PP, Foro y PSOE, pero las bendiciones y aplausos del respetable que llenaba el templo las recogió principalmente él. El delfín del alcalde, el concejal Gerardo Antuña , hizo lo que pudo con el morlaco que le tocó en suerte pero, al final, no consiguió como “Rivi” salir por la puerta grande. Con una oreja que cortó, suficiente. Los demás concejales de la terna, meros acompañantes.

Mientras la mano izquierda de Francisco Alvarez-Cascos, el comunicólogo Juan Vega, carga estos días pilas en Proazina y espera desde hace siete años que el juez siente en el banquillo a varios miembros del Partido Comunista por haberle agredido cuando filmaba el borrascoso asalto de algunos de sus dirigentes al local de Izquierda Unida en el edificio del Colegio de Médicos en la plaza de América -IU ha tenido que trasladarse a un piso en la plaza de la Catedral- la coalición a nivel local se prepara para obtener en mayo del 2015 varios concejales más en la corporación ovetense ante el presumible descenso del PSOE por más que Antonio Trevín encabece la candidatura socialista. Hombre, no creo que “Rivi” llegue a ser alcalde de Oviedo aunque todo es posible en Vetusta, pero que la coalición con él a la cabeza va a tener un gran peso en la futura corporación no les queda duda. Quizás su talón de Aquiles sea ir en la mayoría de las ocasiones por libre pero a favor tiene su intensa dedicación al cargo y la especial sensibilidad que tiene ante las reclamaciones de los ciudadanos y la necesidades de los barrios. En feo, por supuesto, me recuerda a aquella concejala comunista convertida después al socialismo, Aurora Puente, en tiempos del alcalde Luis Riera.  La mierense fue además de gran persona, y guapa, una trabajadora infatigable y conectó muy bien con la sociedad ovetense. “Rivi” lo mismo aunque prefiere acudir antes al Carlos Tartiere que al Teatro Campoamor. Que uno de sus lugartenientes, el ex sindicalista Emilio Huerta“Triqui”, haya decidido con el nuevo año ponerse a régimen y bajar veinte kilos es síntoma de que algo se mueve en la capital. Esperemos que sea para bien de los ovetenses.



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