Como todos los años desde hace más de 20 acudo al llagar de los Cortina en Gijón para asistir a la fiesta de ASETRA en honor de San Cristobal, patrono de los transportistas. Normalmente nunca fallamos ni el secretario general de FADE Alberto González ni un servidor. En esta ocasión faltaron el presidente de la patronal Severino García Vigón, muy nervioso esta temporada ante los acontecimientos políticos que se avecinan, y el todavía consejero en funciones de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e Infraestructuras Francisco González Buendía, supongo que solicitando ya su retorno como funcionario que es del ayuntamiento de Gijón. Tendrá que ser aprovechado, sin duda alguna, por el equipo de la alcaldesa Carmen Moriyón -curioso, no apareció nadie de la nueva corporación por la fiesta y eso que el presidente de ASETRA Ovidio de la Roza es casquista- . Si estuvo el todavía director general de Carreteras, Transportes y Asuntos Marítimos Julián Bonet en el que ha sido su último acto oficial además de unos 300 profesionales del sector en compañía de sus familias.

Saludo a mi colega Próspero Morán y, mientras al fondo la charanga de turno toca ”Paquito, el chocolatero”, me comenta lo sorprendido que está: “¿Cómo es posible que Vicente Alvarez Areces diga que va a celebrar el último consejo de gobierno por él presidido el próximo martes, el mismo día en que en la Junta General del Principado iniciará la sesión de investidura de su sucesor?“. Efectivamente, resulta sorprendente y además, para más sorpresa, pretende aprobar la cesión del centro cultural Niemeyer a la fundación que lo dirige y en la que ya es mayoría la iniciativa privada además de endosar -a buenas horas mangas verdes- el personal del hospital de Arriondas al SESPA. Por algo, facturas escondidas aparte, salió por pies hace unos días la gerenta Elena Arias.

Me sorprende esa actitud del socialista que ha regido los destinos de Asturias en los últimos 12 años. Tengo la sensación de como si algo de su telar se estuviera desmoronando. Alfredo Pérez Rubalcaba, ya nombrado candidato oficial a la presidencia del gobierno de la nación por el PSOE, quiere venir pronto a Asturias que no está dispuesto a que Foro Asturias consiga grupo parlamentario propio en el Congreso. Además de estar al tanto de lo que aquí se cuece por su persona de confianza, Antonio Trevín, tiene unas ganas tremendas de mantener una amplia conversación, y a solas, con el líder minero de la UGT José Angel Fernández Villa, absolutamente callado en los últimos tiempos, además de pasar por el doloroso trance de haber perdido a un hermano. José Angel Fernández Villa está probándose estos días el traje de asturiano que lucirá el próximo día 31 en el alto de Aristebano en la fiesta vaqueira en la que recibirá, precisamente, la distinción de vaqueiro de honor, y en la que a falta de una habrá dos bodas. No me sorprendería que ya como presidente del Principado acudiese a Aristebano, a caballo entre Valdés, su querido concejo, y Tineo, Francisco Alvarez-Cascos. El ex ministro de Fomento no acudió a acto social alguno desde la fecha de las elecciones, el 22 de mayo, solo al homenaje que en el Archivo Histórico se dio el otro día al asturiano José Maldonado, ex presidente de la República, y en el que salvo el citado y Manuel Fernández de la Cera los políticos de derechas y de izquierdas brillaron por su ausencia.

Como bien dijo en su homilía el padre Santiago durante la misa de campaña que celebró para las familias de los transportistas: “No todo es culpa de Zapatero; nosotros también tenemos nuestra parte de ella”. Pues eso