A pocas horas de que el 2013 se nos vaya entre los dedos, a poco de que el 2014, cual delicado y preocupante bebé, se instale en nuestras vidas, debo reflexionar en este día lluvioso, típico de nuestra Asturias, paraíso natural. Como es tradicional el presidente del Principado pronunció su mensaje de fin de año a través de la RPA y de la TPA. Corto, lo que siempre es bueno. Un año más haciendo votos porque las cosas mejoren en Asturias y el paro, 103.000 ciudadanos, disminuya. ¿No se cansarán los políticos de repetir siempre lo mismo sin ser capaces de hacer algo para lo que predican se cumpla?. Javier Fernández -no es un presidente de mirada aviesa, querido Gregorio Morán, ni mucho menos- pide diálogo para sacar Asturias del marasmo en que se encuentra. Que así sea pero ¿Es suficiente?. Lo pongo muy en duda. Sí estuvo claro y contundente el ingeniero de minas a atacar a las ansias separatistas del gobierno catalán. Si Pere Navarro, su compañero catalán, fuera tan contundente, otro gallo cantaría. Lo cierto es que como Asturias apenas pinta algo en el concierto nacional el mensaje de Javier Fernández ha pasado completamente desapercibido allende nuestras fronteras, todo lo contrario que los mensajes de la presidenta de Andalucía o de los presidentes de Cataluña, Madrid, País Vasco, Extremadura…
Leo en el Boletín Oficial del Estado los últimos datos estadísticos de población de Asturias y sus concejos referidos al 2012. Hace un año el Principado cerró ele ejercicio con 9.195 vecinos menos y en la mayoría de los ayuntamiento, empezando por Gijón y Oviedo, la disminución de población -menos 2.459 habitantes el primero y 884 el segundo- resulta alarmante. Pocos han sido los municipios que al término de 2012 vieron aumento su censo. Siero, por ejemplo, que aumentó en 72 vecinos, Noreña en 3, Soto del Barco en 4, El Franco en 14, Peñamellera Baja en 14, Cabranes en 7, Illas en 10, Tamanundi en 1, Yermes y Tameza en 2 y para de contar. ¿Para cuando la refundación de concejos en Asturias?. De 78 deberían pasar a 40, no más, pero ¿Que partido o político en la poltrona se atreve a poner este cascabel al gato ciudadano de siempre tan apegado a los símbolos de la tierra que le vio nacer?. Ninguno.
El alcalde más longevo de Asturias es el de Villayón, concejo que cuenta con poco más de 1.500 habitantes, Ramón Rodríguez González, del Partido Popular. Lleva sentándose en el sillón de mando municipal desde 1980. Comenzó en las filas de UCD, luego fue alcalde independiente para pasar a las filas primero de Alianza Popular y luego del Partido Popular. Un ciudadano que se mantiene en el cargo a través de elecciones democráticas más de 33 años es que es un perfecto cacique en el buen sentido de la palabra; alguien que lo hace bien y que tiene el aprecio de sus conciudadanos. Creo que lo de menos es que ideología tienen o a que partido pertenecen. Otro que anda más o menos con la misma antigüedad es el socialista José Ramón García de Ribera de Arriba que gobierna desde 1987 y que ha convertido las arcas municipales de este municipio colindante con Oviedo en millonarias tras haberle ganado unos cuantos pleitos a HC, ahora EDP, por el tema del IBI de la central térmica de Soto de Ribera.
La nueva Ley de Régimen Local que Mariano Rajoy y los suyos han elaborado está en marcha, a punto de entrar en vigor con la perspectiva de ser desarrollada en los próximos años, fortaleciendo la administración local pero cargando a las autonomías de los gastos de diversos servicios como la atención sanitaria a los ciudadanos. Bueno, no quiero ponerme más trascendente de lo que necesario. Pasemos lo más felices posible esta última noche del 2013. Ya saben que cuando nos despertemos mañana, día uno, nos encontraremos con subidas generalizadas de precios: energía, eléctricidad, autopistas, ferrocarriles… e incluso los sufridos pensionistas se encontrarán también con que el injusto copago de medicamentos también les sube alrededor de un 1,5 por ciento. La ministra de Sanidad Ana Mato hace honor a su apellido: Aquí te pillo, aquí te mato. En las próximas elecciones la esperamos, señora.
