En los días previos a finalizar el año siempre nos encontramos en nuestra querida ciudad con amigos que andan dispersos por esos mundos de dios pero que como el grajo vuelven al nido para pasar en compañía de los suyos las fiestas navideñas. De los más de cien mil asturianos, principalmente jóvenes y universitarios, que trabajan fuera de Asturias la mayoría retorna en estas fechas unos días lo que es bueno para el sector servicios, comercio y hostelería, por citar. La crisis y la decadencia regional han hecho que no solo emigren trabajadores, también empresarios. Ahí está el ejemplo de José Manuel Alvarez “El Roxu” llevando parte de su flota de grúas a Costa Rica tras trabajar también en países del Este. “El Roxu” es un luchador y un excelente empresario nacido de abajo, del esfuerzo personal. Que le vaya bonito, como dicen en México.
Saludo a mi buen amigo Miguel Munarriz quien durante años, en época de Vicente Alvarez Areces como presidente del Principado, fue delegado de nuestra autonomía en Madrid. Luego vino el general secretario y se cargó la delegación de Asturias en Madrid y en Bruselas. El siguiente, Javier Fernández, no ha hecho nada para remediarlo y tiene en venta los dos locales. El de Madrid, según me cuentan, está en completo abandono, refugio de indigentes. Menos mal que algún cerebrín del gobierno autonómico se le ocurrió quitar el ostentoso letrero de Principado de Asturias. Tanto el de Madrid como el de Bruselas lo han sacado varias veces a subasta quedando siempre desierto mientras Cataluña abre delegación hasta en Whashigton. Es lo que nos diferencia en esta España de las autonomías. Miguel Munárriz había sido fichado por el ayuntamiento madrileño para dirigir el teatro Fernando Fernán Gómez pero las ventoleras municipales le dejaron al poco de patitas en la calle. No creo que tarde en ser fichado por alguna nueva aventura cultural es la que es experto; de todas las maneras junto con su esposa dirige una editorial, Dospassos, de gran prestigio. En nuestro reencuentro recordamos la figura del apreciado poeta ovetense Angel González. El próximo 12 de enero se cumplirán los seis años de su fallecimiento. Su esposa, norteamericana, mujer de personalidad complicada, no entendió a la sociedad asturiana y frustró la fundación que con grandes esperanzas admiradores de Angel González, aquel ferroviario que empezó a juntar versos a la sombra del reloj de la estación del Norte, tenían en proyecto y que, la verdad, prácticamente ha quedado en nada.
Miguel Munárriz me pregunta por el momento cultural de Asturias y sintiéndolo tengo que reconocerle que, por ejemplo, el centro cultural Nietmeyer lleva camino de convertirse en una modesta casa de cultura. Lo siento, no podremos celebrar el 50 aniversario del actor Brad Pitt como hubiera querido el anterior gerente Natalio Grueso a quien buscan ahora para que declare ante la comisión investigadora sobre el Nietmayer de la Junta General del Principado. Estas comisiones en la práctica no sirven para nada salvo para que sus señorías cobren dietas. La anterior, la del caso “Marea”, solo sirvió para reprobar la gestión de Vicente Alvarez Areces como presidente del Principado, y total ¿Para qué?. Asturias marca mínimos en todos los parámetros y la comisión de sabios que apoya a Javier Fernández rompe el cascarón diciendo que hay que potenciar el área metropolitana de Asturias, o sea, el área central. Bueno, para ello tendría que funcionar como tal área metropolitana lo que por el momento no ocurre. Dios me libre de dudar de la buena intención del ex rector Juan Vázquez, presidente de dicha comisión, y del resto de sabios, pero de teorías que jamas tienen aplicación por los organismos correspondientes estamos hasta el gorro, menos mal que con el frío que hace no es momento de quitárnoslo.