Después de ver al presidente del Gobierno dar la única rueda de prensa, del año 2013 a punto de finalizar, se me plantea un dilema: o los ciudadanos españoles somos idiotas o el presidente es un esperpento. Entre ambas alternativas llego a la conclusión de que tenemos un presidente esperpéntico.

Un periodista le hace tres preguntas y él mal contesta a una. Otro le hace dos preguntas y él dice que sobre ese tema ya contestó anteriormente, cuando en realidad fue precisamente a la pregunta que con anterioridad no contestó. Le preguntan por la posible reforma de la Constitución y contesta que la Constitución española se está reformando en Bruselas (tristemente la única respuesta con tintes de verdad). Le hacen alusión al discurso del Rey y contesta que él le siguió desde Pontevedra ¿...? (solo le faltó añadir que por Canal Plus en horario infantil).

Para Rajoy, el país, España, con seis millones de parados, con miles de familias en la extrema pobreza, con salarios que no alcanzan para vivir, con enfermos incapaces de acceder a los medicamentos indispensables, con recortes drásticos para mayores y menores dependientes, con escolares hambrientos, desnutridos y mal aseados por falta de medios básicos, con no sé cuántas e interminables situaciones desesperadas más...; para Rajoy, repito, España está levantando cabeza.

Para rematar, al preguntarle sobre el registro bochornoso de la sede del Partido Popular en la calle Génova de Madrid, el presidente da por respuesta que su partido siempre colabora con la justicia. Mariano Rajoy, el esperpéntico, no tiene dilemas, para él los periodista en las ruedas de prensa son idiotas que informan a ciudadanos idiotas.

¡Hay que valer!. Al día siguiente de la rueda de prensa: los Santos Inocentes.