Hoy ha sido un día importante. Además del anuncio de la dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba como vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior -su hombre fuerte en Asturias Antonio Trevín, delegado del Gobierno, está más contento que si le hubieran tocado los 185 millones de euros en el sorteo de esta noche-, lo que da la impresión de que al final José Luis Rodríguez Zapatero adelantará la fecha para las elecciones generales, que casi un año es mucha campaña hasta para Rubalcaba, hoy, pues, tenemos otros dos acontecimientos importantes para Asturias. El Partido Popular ha decidido abstenerse la próxima semana en la elección de nuevo jefe del Ejecutivo asturiano mientras que Foro Asturias acaba de presentar en la mesa la candidatura de su líder Francisco Alvarez-Cascos como candidato a la presidencia del Principado. Por tanto, salvo sorpresa de última hora, tendrá el destino de Asturias en sus manos los próximos cuatro años lo que probablemente ni soñaba. Y escribo lo de sorpresa de última hora porque la única manera de descabalgar al antiguo dirigente del PP es la de que el PSOE presente candidato -viene diciendo insistentemente que no- ya que con sus 15 diputados más los 4 de IU apartaría a Alvarez-Cascos del gobierno regional. Precisamente mañana se reúne en Madrid el comité federal del PSOE para proclamar a Alfredo Pérez Rubalcaba candidato a la presidencia de la nación y en el mismo solo una firme postura del secretario general José Luis Rodríguez Zapatero haría cambiar de postura a Javier Fernández obligándole a presentar batalla a la derecha más votada -que no la única- de Asturias.
Mientras la vida discurre con cada vez mayor preocupación en esta Asturias de nuestros amores, ya se lo decia ayer, la administración autonómica lleva dos meses paralizada y otros dos meses que va a llevar hasta que el los fogones empiecen a enviar presión para mover las bielas. Pero, no me canso en repetirlo, para Francisco Alvarez-Cascos gobernar en minoría no va a ser fácil cuando además tiene a la vuelta de la esquina unas elecciones generales que preparar en las que quiere que a través de su partido, Foro Asturias, el Principado logre tener por vez primera en su historia grupo parlamentario propio en el Congreso. Para ello necesita lograr 5 de los 8 escaños que corresponden a nuestra región.
Además del citado frente Francisco Alvarez-Cascos gobernando en minoría, y si ningún otro apoyo de los demás grupos -PP, PSOE e IU-, va a encontrarse con que:
- No hay un euro en el cajón. Hasta lo reconoce a micrófono indiscretamente abierto su buena amiga Esperanza Aguirre.
- Un gobierno hostil en Madrid. De momento de socialistas y pronto, si Rubalcaba no lo remedia, de populares.
- Unos sindicatos que tensarán rápidamente la cuerda del descontento ahora que el PSOE ya no está en el palacio presidencial.
- Y más de 60 ayuntamientos asturianos en manos de la izquierda exigiéndole inversiones y solución a sus problemas comenzando por unas depauperadas arcas municipales.
Es por lo que, insisto, no lo tiene fácil aunque la capacidad de trabajo del ex ministro de Fomento nadie la pone en duda, ni sus más acérrimos detractores.
Con este panorama el Partido Popular de Asturias queda al pairo esperando en su momento aprovechar el rebufo del posible triunfo de Mariano Rajoy en las generales pero, no nos engañemos, hasta que no se celebre un congreso regional el PP de Asturias no levantará cabeza. El histórico Isidro Fernández Rozada no quiere saber nada, echando partida tras partida a las cartas con amigos que caza al vuelo en “El grano de oro”. El presidente Ovidio Sánchez está desaparecido ni siquiera en combate y el único que intenta guiar la nave, sin cargo regional alguno que lo acredite, es el presidente local del PP y alcalde de Oviedo Gabino de Lorenzo con importantes vías de agua en su bergantín municipal que es incapaz de taponar. En medio de toda esta vorágine la número uno del PP a la presidencia del Principado Isabel Pérez-Espinosa -mi espía preferida, la XPXIII, me informa que cuando era un cría anduvo tonteando con otro crío en tiempos del colegio en Gijón. Era Fernando Goñi- no sabe a que atenerse ni por donde tirar. Tener dentro de unos días al doberman como jefe de la perrera mete miedo a cualquiera