En la España señoril y castiza de antaño, estaba llena de personas que trabajaban en las casas de los señoritos y los denominaban “criados”. Su significado es, “persona que sirve a otra, especialmente el que se dedica a realizar trabajos domésticos a cambio de dinero. Sirviente”.
Pero si lo trasladamos a la vida política, también existen criados, como demostró nuestro presidente de la nación en el día de ayer en la entrevista en el diario el país. No lo dijo con estas mismas palabras, pero lo entendimos todos a la primera, somos criados de Alemania, que es la que manda y maneja las pelas, demostrando que es la señorita.
Como ciudadano es una pena leer las declaraciones en prensa de quien dirige los destinos de la nación, el cual fue votado por la población española en unas urnas de forma democrática. Si es así como el dice, para que vamos seguir gastando dinero en políticos o instituciones, los mandamos a la puta calle y que nos gobiernen desde Alemania, que mejor que estos seguro que lo hacen, peor es imposible.
Si comparamos sus declaraciones con el programa “entre todos” que se emite por la televisión, podemos entender la indecencia de todos estos gobernantes, solo miran para ellos y para los suyos, consiguiendo un distanciamiento cada vez más grande de la sociedad de base, que está pasando hambre y miseria, promovidas por estos indecentes y solventada por la solidaridad del pueblo español.
Los ciudadanos votamos en su momento como pueblo soberano y en ningún momento se nos comunico que seriamos criados de los alemanes, votamos a un presidente que está demostrando todos los días que no es digno de representarnos, por su escasez de valores, continuas mentiras, anteponiendo intereses de empresas privadas, monopolios, oligopolios y sistemas financieros corruptos, los cuales están destrozando la nación y llevando a la misma a la mayor pobreza de la historia de España, es una indecencia.
Los alemanes se tienen que estar descojonando de lo gilipollas que somos los españoles, los cuales hemos pasado de ser un pueblo con un par de pelotas a unos eunucos, con dirigentes del calibre que tenemos y tuvimos, eso si los mítines de fin de semana que no falten y encima aplaudimos a los corruptos.
Viendo esta película de terror llegamos a la conclusión que tenemos lo que nos merecemos, si no que se lo pregunten a del Nido, que encima de ser condenado, algún gilipollas todavía lo aplaude. Muchos tienen que comer de esta corrupción, si no es así, es incomprensible todo esto.