Hay días para los morenos. Acudo por la mañana a la iglesia de Los Carmelitas para asistir al funeral por Pepe Cosmen, escuchando a lo lejos, por donde la calle de Asturias, los petardos que sueltan los cabreados trabajadores de Tenneco. Como era lógico, la iglesia se llenó con las principales autoridades presentes -Javier Fernández, Pedro Sanjurjo, Gabino de Lorenzo… el alcalde, no; Agustín Iglesias Caunedo está en Madrid donde esta tarde fue recibido por la Reina Sofía- y con gente importante y no tan importante, es mi caso, pero amigos que fuimos del gran empresario y mejor asturiano.
Como suele pasar en estos casos saludas a conocidos que llevas tiempo sin ver. Así lo hice con Fernando Sitges, con Fernando Fuente, con el padre Angel, con mi admirado colega Constantino Alvarez “Tino”, otro colega, César Alvarez, el senador Isidro Fernández Rodríguez que inmediatamente en cuanto le ve se pega al arzobispo Jesús Sanz, etc. No faltó tampoco el diputado de Foro Enrique Alvarez Sostres. Venía de solicitar firmas a los ciudadanos de a pié para que los dos concejales transfugas de Foro en el ayuntamiento de Oviedo devuelvan sus actas. Ha firmado hasta el rey del vermouth, Ubaldo García, el de La Paloma. Del general secretario podrán decirse muchas cosas pero Francisco Alvarez-Cascos hace trabajar a su equipo como pocos líderes políticos de este país.
Me impresionó ver a la familia de Pepe, en concreto uno de sus hijos, entrando con la urna con sus cenizas al interior del templo. Me vino a la memoria el tópico de no somos nada, pero sí somos. Dejamos a los nuestros, para bien o para mal, un legado y Pepe Cosmen ha dejado el listón muy alto. También acudió al acto religioso el presidente de GAM Pedro Luis Fernández que, como indiqué en un comentario anterior, suena para presidente de FADE. Debe ser el candidato del clan de Oviedo, pronto lo sabremos. A la despedida del empresario cangües no podía faltar uno de los fuertes del transporte asturiano, Ovidio de la Roza, presidente de ASETRA. Me consta que está muy preocupado por quién sucederá a Severino García Vigón en la patronal asturiana. Hay otro nombre que ha comenzado a manejarse en los círculos empresariales, el de Carlos Manuel Rodríguez, consejero delegado de CAFENTO. Es joven, emprendedor -ha colocado su empresa en una posición privilegiada en el mercado no solo asturiano sino también nacional-, tiene contactos, es la seriedad personificada y además sabe idiomas. A ver si antes del próximo dia 30 de diciembre el sol sale de verdad por Antequera y es que de acuerdo con los nuevos estatutos el voto en FADE para elegir presidente está muy atomizado.
Por la tarde, de nuevo a la iglesia de Los Carmelitas. Nunca me había ocurrido ir a dos funerales en la misma iglesias y el mismo día. El segundo fue para despedir a Hermina Peña quien falleció a los 96 años. Era la madre de mis buenos amigos y antiguos compañeros de colegio Juan Ramón y Antonio Fernández Peña. Su padre, fallecido hace años y del que guardo un excelente recuerdo, Ramón Fernández Prendes, era militar. Cuando vivían en las casas militares en Santullano, frente al Milán, allí íbamos un montón de guajes a representar obras de teatro y hacer festivales en el largo pasillo de la casa abusando de la paciencia de doña Herminia que nunca se alteraba y colaboraba en nuestras fiestas. Despedirla fue rememorar años de mi infancia con recuerdos entrañables de un Oviedo tan distinto al actual, ni mejor, ni peor, distinto. También me sirvió el funeral para saludar a mi primo Armando Fernández Guerra, hoy jubilado de la Administración y viviendo en Avilés. Nos vemos de pascua en ramos y aunque algo más jóven también vivió aquellos tiempos de los Dominicos. Su padre, Manolo, mi tío, fue durante años jefe de rotativa de La Nueva España y uno de los mejores mecánicos que conocí. Cada vez que se me estropeaba el proyector de cine Patte Baby ahí estaba su destornillador mágico para ponerlo de nuevo en funcionamiento.
De regreso subo la calle de Calvo Sotelo y de nuevo petardos. Un grupo, más bien escaso, de trabajadores de HC protestando ante la sede central de la compañía en la plaza de La Gesta. “¡Donde está, no se ve, el convenio de HC!” gritaban, petardazo va, petardazo viene. Más bien, creo, a quien no se ve es al presidente Manuel Menéndez.