Emilio Serrano Quesada es un empresario licorero que tiene la promoción del oriente de Asturias y los valores de nuestra comunidad autónoma como referencia de su actividad. Es incansable y maestro en relaciones públicas hasta el punto que la Asociación de Hostelería del Principado le acaba de nombrar embajador del turismo asturiano.

Nacido en mayo de 1933, soltero empedernido, iba para marino pero al final se convirtió en gerente de la empresa familiar, Los Serranos, de una gran tradición en el sector de los licores promocionando desde su fábrica en San Martín de Collera (Ribadesella) licores basados en productos asturianos tan tradicionales como la manzana, los arándanos, o las guindas, por citar, lo que le ha valido no solo el reconocimiento de la hostelería sino también de la propia Unión Europea.

Emilio Serrano es un creativo a quien su amor por Ribadesella y el oriente asturiano le llevó a degustar, nunca mejor dicho, numerosas distinciones incluída la de hijo predilecto de su concejo. Articulista en los medios de comunicación, participante en tertulias con solera, autor de libros, en estos momentos se encuentra escribiendo uno verdaderamente original: la historia de aquellas personas que han sido nombradas hijo/hijas predilectos o adoptivos por algún ayuntamiento asturiano. Son más de cien.

Cinco generaciones y más de doscientos años le preceden como legado que ha recogido de la herencia de una secular tradición familiar donde la artesanía es apellido y patrimonio.

Después de la destilación de sus licores en los tradicionales alambiques de su fábrica hasta la promoción del turismo en Asturias su actividad es incansable. Ello ha hecho que le otorguen numerosas distinciones como el premio Asturias de Turismo por el Gobierno del Principado en 1997, el premio de Turismo Rural por la Sociedad Regional en el 2001, el premio de Escritores y Periodismo en 1997, el premio de Turismo del ayuntamiento y FOMTUR de Llanes… Continuar con las distinciones que a lo largo de su dilatada vida ha tenido Emilio Serrano haría interminable esta crónica; baste decir que a quien quiere escucharle le manifiesta que “vivir tu pueblo es amarlo, sentirlo y preocuparse por su destino”, anteponiendo siempre lo digno a lo práctico, una receta que siempre le ha dado mangníficos resultados en el Principado de Asturias, recibiendo la generosidad de pueblos, entidades y amigos.

Emilio Serrano considera que el alambique ha sido el maestro de su vida. “Me enseñó su paciencia, su misterio y su milagro para hacer lo que debo y amar lo que hago en aquello en que la calidad no se improvisa sino que se trabaja y se demuestra”.

Geográficamente Asturias y La Mancha han marcado la vida de Emilio Serrano ya que en Quintanar de la Orden (Toledo) su familia montó hace muchos años, nada menos que en 1895, han leído bien, una importante licorería en la que siempre destacó la elaboración de una de nuestras bebidas más tradicionales, el anís.

Cuando paseamos con Emilio Serrano por la playa riosellana nos enseña nada menos que un certificado de encomendación de Jim Doyle, gobernador del Estado norteamericano de Wisconsin “por su promoción de esta región –se refiere a Ribadesella- tan pintoresca de España”. Por tanto, la fama de embajador del turismo en Asturias trasciende las fronteras allende Pajares, de ahí el continuo reconocimiento que a Emilio Serrano le hacen las instituciones de nuestra autonomía. Entre manos tiene ahora, además del libro sobre los hijos predilectos o adoptivos, su primera publicación en verso -“Desde mi desvan soltando amarras”-, que también es poeta y, como no, actor, puesto que unas fechas atrás con motivo del Día Internacional de la Mujer dio el bombazo interpretando junto a su buena amiga Menchu Alvarez del Valle, vecina de Ribadesella y abuela de la Princesa de Asturias, la obra “La muerte de un viajante” de Arthur Miller con lo que consiguió lo que le faltaba, salir en las revistas del corazón nacionales.

Como él mismo dice “aunque me gusta poner el alma por delante nunca descuido el cuerpo de las cosas. Me enseñó a ello mi intensa vida social, tanto a nivel de empresa como en el orden personal. Las relaciones públicas, manejándolas con elegancia, te ofrecen grandes recompensas”.

Enhorabuena, pues, embajador. Asturias necesita muchos ciudadanos como usted.