La realeza de Jesús, ¿es igual que la de los reyes de este mundo? El evangelio nos dice que no. Y es que su realeza no descansa en el poder, el dominio o la violencia sobre los demás, sino en vivir la vida con justicia, entrega y amor. Es un modo de ser rey “extraño”, no todos lo entienden en su verdadero sentido, como puede observarse en la inscripción (INRI) que portaba en su trono real.
A Jesús le llama rey Juan Bautista, Natanael y el pueblo. Y él mismo se llama rey, pero en un sentido totalmente distinto a como lo entendían los romanos y los judíos, que para ellos coincidía con el poder triunfalista de este mundo. Pero la realeza de Jesús está en entregarse a extender Reino de Dios, curando enfermedades, alimentando a los pobres, perdonando los pecados, sirviendo con sencillez…
Amigos lectores, el reinado de Jesús, ¡a ver cuando nos enteramos! Nada tiene que ver con el triunfalismo, se basa en las bienaventuranzas. Su ejército son sus obras en favor de los más débiles, pobres, oprimidos y marginados. También sus palabras firmes, verdaderas, nada pretenciosas. Y su poder coincide con la defensa de la verdad y del hombre, sobre todo de los “perdedores” como lo haría un amigo con otro amigo.