Hoy será un día importante. El Rey Juan Carlos debe pasar nuevamente, esperemos que por última vez, por el taller para arreglar esa cadera izquierda que tanta lata le da. La directiva de la Federación Asturiana de Empresarios recogerá la dimisión de su presidente en los últimos 18 años, Severino García Vigón, quien tras la reunión en la que quedarán convocadas nuevas elecciones se reunirá a comer con su equipo a modo de despedida. Antes lo han hecho, o sea hoy, en un restaurante ovetense de cinco tenedores uno de los hombres fuertes del metal, el gijonés Juan Alvargonzález, y otro de la construcción, Ignacio Nuñez, gerente de constructora Los Alamos. Es más que posible que en la misma se haya sellado el pacto entre ambos sectores para que el ingeniero Bernardo Villazán sea el futuro responsable de la patronal asturiana, con voz, por supuesto, pero sin sueldo. También la secretaria general del Partido Popular Dolores de Cospedal estuvo en Asturias intentando levantar la moral de los suyos en este segundo aniversario del triunfo por mayoría absoluta de Mariano Rajoy -del aniversario de la muertes de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera ni media palabra, por supuesto-, con frases de apoyo a la presidenta regional Mercedes Fernández. Probó la sidra, que para eso el joven senador asturiano Mario Arias, presentó una moción en el Senado para que tal néctar sea considerado patrimonio mundial -el socialista Vicente Alvarez Areces se abstuvo; le gusta mas el vino de Toro-, además de reunirse también Cospedal con la élite popular asturiana en el hotel de La Reconquista apunto de ser privatizado por el gobierno socialista como si de Ana Botella se tratase en vez de Javier Fernández.
También será el primer día después de cien años en que el mítico café Dindurra de Gijón no abra sus puertas. Fallecida la propietaria su hijo no está por al labor de mantener el establecimiento. Al cerrar el Dindurra algo muere en Gijón. Estuvo a punto de ocurrir con Casa Víctor pero al final entre los hijos y los empleados se salvó y el restaurante continúa a pleno rendimiento. El Dindurra tiene una puerta en su interior por la que accede directamente al Teatro Jovellanos. Me cuentan que desde que cesó como presidente del Principado el hoy senador, me refiero a Vicente Alvarez Areces, despechaba con los ciudadanos que así le requerían en una mesa que tenía reservada en el Dindurra según se entraba al fondo a la izquierda. ¿Que mejor sitio ahora que ya no dispone del fastuoso despacho que se había reservado en la Laboral cuando era jefe del Ejecutivo asturiano??. No me cade duda de la sensibilidad de la alcaldesa Carmen Moriyón pero gobernar en minoría y teniendo como socio a un partido como es el Popular en manos de una gestora hace que quizás no esté en condiciones de salvar el Dindurra desde el ayuntamiento. Se que a su concejal de Cultura Carlos Rubiera, aquel cantautor que tanto hizo por el Partido Asturianista de Xuan Xosé Sánchez Vicente -éste también fue en su juventud concejal gijonés con el PSOE- le gusta más, en definitiva, la gaita y el tambor que la opera que se pueda representar en el Jovellanos con la ayuda de la Asociación de Amigos de la misma de la capital asturiana, esto es, de Oviedo.
En Madrid hubo, cosa rara, acuerdo entre los partidos para proponer nombres para el Tribunal Superior de Justicia. Lógicamente no podía faltar el abogado Alvaro Cuesta. Convirtiéndose en juez resuelve su vida y deja la política activa. Aún me acuerdo cuando casi con pantalones cortos era concejal del ayuntamiento de Oviedo. En el caso del Principado el parlamento regional ha elevado una terna para elegir un juez en sustitución del fallecido José Manuel Buján. Uno de ellos es precisamente el ovetense Angel Aznarez, notario en Gijón, que ante la crisis de su sector busca ahora por elevación este cargo -será suyo, sin duda alguna- en el que podrá desarrollar sus amplios conocimientos jurídicos. Lo ha propuesto el PSOE aunque no sea esa exactamente su ideología pero su formación cultural y jurídica es de primera división además de conocer al dedillo los entresijos de esta Asturias de nuestros amores. De siempre le he tenido un gran aprecio y no solo por coincidir de vez en cuando en una peña a la que cariñosamente califico de “29 ricos y un pobre, que soy yo” -ya se pueden imaginar-, sino también porque traté a su padre, director general de la Caja de ahorros de Asturias, y que tuvo el detalle de firmar el día de su jubilación su última hipoteca, la de de mi piso -he pagado religiosamente, que conste-, antes de abandonar la Caja.
En definitiva, una vez pase este jueves, atentos al próximo mártes. Elección de presidente en la Central Lechera Asturiana. Hay tres candidatos. Seguro que el bueno de Jesús Sáenz de Miera, desde las praderas de Manitú, no perderá detalle. Y si puede influir que lo haga. ¿Quien mejor si no?. Por el momento la Central lechera Asturiana conserva su identidad regional, es orgullo de nuestro espíritu emprendedor, pero corre el peligro de ser absorbida por multinacionales. Dios no quiera, ni Jesús Sáenz de Miera tampoco, que pase con ella lo que ha ocurrido con Cajastur.