De nuevo en la capital del Principado, tras pasar una semana en mi pueblo natal de Moreda de Aller, los días ahora ya consumidos los recuerdo con nostalgia/cariño.
Cada uno tenía algo distinto que ofrecer, no solo para mí sino al que nos visita. Es bien sabido que en Aller nadie se siente forastero. Asistí al Pregón de la fiesta de que mas orgullosos estamos todos los nacidos en mi querido Concejo. Al día siguiente celebramos por todo lo alto la onomástica del santo patrón que es San Martín. Desde temprana hora las calles se inundan de sonido y color. La gaita y el tambor, los trajes propios de nuestra entrañable tierra asturiana nos inducen a meternos de lleno en la "folixa". La solemne misa, la puya y el tradicional desfile de carrozas.
Hacen de teloneros a la fabada y al panchón. Comí con la familia aunque tuve que rechazar algún compromiso. Cuando era un zagal y estaba metido en la directiva como secretario de los Humanitarios, comí los cuatro años en el Casino, con autoridades, xana y demás miembros. Luego, con la "xanda el tarugu" fui al Bar Collainos, también disfrute de les fabes en el Restaurante Teyka, Bar Villaviciosa, Bar Piñeres...y el año pasado en la sede de la sociedad en Campera, como invitado por mi nombramiento de "Humanitario del Año".
Viene todo esto a que mis padres cumplen estos días 80 años y aunque espero que sigan sumando bastantes más, este año tocaba compartir mantel y sobremesa en el entorno familiar.
El día después de la fiesta, un grupo de amigos nos reunimos en "Casa Pachu" (para mi es el segundo año) Llevan haciéndolo unos 15 años - no sé qué se celebra - pero, lo cierto es que la comida es un buen reclamo para hacer piña. De comida, después del atracón de fabes de la víspera, toca un arroz al galope/trote... unos huevos con picadillo y patatas. El panchón y las casadiellas para forrar. Chupitos de orujo y cubatas. Fotos, risas y sana amistad. Se me olvidaba, antes posamos a la puerta del local para unos calendarios de pared, me comenta Jorge Faes: "yo, pongo uno encima de otro".
Me queda otra comida pendiente para el día 30 de este mes, en la "Churrería Julio", en esta ocasión es con los "colomineros". Huelga decir de que parte del pueblo procedemos.
No os canso más, físicamente en la ciudad, pero en espíritu a la sombra del "Picu Moros".