La obligación de mejorar

“Es imposible jugar peor”. Ésta es la contundente frase que nos ha dejado Carlo Ancelotti y con la que se han abierto multitud de informativos y cubierto numerosas hojas de periódicos. En muchos casos buscando el morbo, en pocos analizando el contenido de la misma.

Y es que el italiano no puede tener más razón. El Real Madrid está haciendo un inicio de temporada realmente malo. Más allá de los resultados (que son buenos) la imagen del equipo está siendo desastrosa. Falta de fluidez, de ideas, de velocidad tanto de pensamiento como de ejecución e incluso falta de calidad en algunos casos son los principales males de un equipo que, a priori, está llamado a ser una de las mejores apuestas de fútbol del panorama mundial.

Desde mi punto de vista, el problema radica en la poca actividad de los jugadores dentro del terreno de juego. Es cierto que jugadores como Khedira, Arbeloa o Coentrao están en el punto de mira en estos momentos pero no lo es menos que otros jugadores tampoco mejoran en exceso lo aportado por éstos ya que el problema no es individual, es grupal. Haciendo un repaso de los partidos del conjunto madridista, la movilidad de los jugadores que no tienen balón es prácticamente nula. Y ante equipos cerrados, que prácticamente no dejan espacio en su espalda, eso es un verdadero hándicap. Isco, Cristiano, Benzema o Di María no son lo suficientemente dinámicos ni juegan lo suficientemente rápido para poder darle ritmo al juego. Esto, unido a la aparente falta de calidad de los jugadores señalados y el bajo estado de forma de otros como Ramos o Pepe hace que este Real Madrid no de buenas sensaciones.

Ahora bien, Ancelotti tiene razón en que sólo queda mejorar. Su discurso va en el sentido de que está haciendo cosas para ello. Pues bien, sólo los partidos darán o quitarán razones a un entrenador que prometió que su equipo sería la mejor de las promociones de fútbol en todas las competiciones.



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