Gota a gota van saliendo las sentencias favorables para quienes reclamaron judicialmente a bancos y cajas por la estafa de las participaciones preferentes. Hoy en día ya nadie duda que los productos de alto riesgo que las entidades financieras colocaron a sus clientes particulares supusieron un engaño masivo y premeditado. Y digo que ya nadie duda cuando en realidad debería decir que "ya nadie duda a excepción del Gobierno del Partido Popular" que, con su displicencia, en lugar de buscar una solución global para los afectados, defienden a las entidades obligando a los particulares a incurrir en gastos judiciales para poder recuperar individualmente los ahorros estafados.
Hoy más que nunca es imprescindible la creación en España de una banca pública que, en contraposición con el monopolio y la especulación del actual sistema financiero, canalice los ahorros de los españoles y sea capaz de proveer de la financiación necesaria a particulares y empresas. Una banca pública bien regulada que, así mismo, sea capaz de obtener una rentabilidad justa y necesaria, pero por métodos comerciales estrictamente éticos. Una banca en la que se pueda confiar.
Un gran amigo mío, recientemente, acudió a una oficina bancaria con el fin de ingresar unos pequeños ahorros. Solicitó la apertura de una Imposición a Plazo Fijo y las únicas condiciones que pidió fueron que el plazo de vigencia no superase los 12 meses y que el abono de intereses fueran por periodos trimestrales. Fue imposible llevar a cabo la imposición ya que la directora de la oficina bancaria, siguiendo instrucciones de su inmediato superior, se empeñó que lo que tenia que hacer mi amigo era contratar un Depósito a plazo de 36 meses por el que, en lugar de retribuírle vía intereses, se llevaría un práctico robot de cocina por inducción que pica, tritura y guisa.
Mi amigo se marchó a otra entidad -aún no se el artilugio que allí le ofertaron- y la oficina a la que había acudido se quedó sin un cliente. Por cierto, esa entidad con los mismos métodos de venta pretende colocar a 87.000 clientes robots y cacharros diversos y si lo consigue -que lo conseguirá- recaudará por encima de los 700 millones de euros.
A pesar de la crisis y el dinero destinado al rescate de la banca, este gremio no cambió ni cambiará de métodos. Ahora colocan cacharros que nadie necesita y mañana "a calzador" colocarán nuevas participaciones preferentes, novedosos fondos de inversión o "interesantes y seguras" ampliaciones de capital. Todo sigue igual.