El presidente del Gobierno mantiene tantos frentes abiertos y sin resolver, que no le está concediendo al pretendido separatismo catalán la dedicación requerida. Es patético que todo lo que se le ocurra para afrontar el desafío nacionalista sea apelar la “grandeza” de Arturo Mas. Antes de abordar una estrategia Gobierno-Partido, previamente deberían ponerse de acuerdo en como ejecutarla. Es una incongruente que el mismo día en que Rajoy intenta un posible acercamiento hacia el líder catalan, la secretaria general del PP, Dolores Cospedal, (nacida sin el “de” con que adorna su apellido), inicie una campaña dialéctica contra los delirios y mentiras de Mas, destacando incluso su incompetencia política.
Todo parece indicar que el jefe del Ejecutivo no renuncia a alcanzar un pacto con la Generalidad, a cambio de atender todas sus reivindicaciones anteriores y poder llegar con una España “entera” a las elecciones generales del 2015. Tal iniciativa supondría se cuestionase la dignidad de Mariano Rajoy, unido a las justificadas críticas de los restantes presidentes de las CC.AA. Cabe también presuponer que a estar alturas es ya imposible llegar a acuerdo alguno, con lo que la situación se enrarecerá más todavía…
Mención aparte merece la creación en el seno del Parlamento catalán de una comisión de estudios sobre “El derecho a decidir”. Otra majadería más, cuya única pretensión es añadir nuevos argumentos al desdichado y utópico intento secesionista. Con la aspiración de profesionalizar dicha comisión, y a propuesta de la extrema izquierda independentista del CUP, se propuso la genial idea invitar al terrorista Arnaldo Otegui, actualmente en la cárcel, por considerarlo toda una autoridad sobre el derecho a la autodeterminación. Ante tan aberrante idea ya han sido varios los componentes del siniestro foro, que se niegan a participar si no se excluye al citado Otegui y similares.
Sería torpe negar el crecimiento del desafío nacionalista, a la par que sorprende como el Gobierno, con su presidente a la cabeza, sigue mirando hacia otro lado como si se tratara de algo ajeno, o bien considerando que se solventará por si solo de acuerdo con el criterio de la “doctrina arriolana”. Existen ciertas cuestiones que por su propio carácter y contenido son indelegables; algo que Rajoy sabe pero elude. Tal actitud resulta decepcionante y desconcertante para ciudadanos y miembros del partido que no saben que contestar cuando son consultados. No dar la cara ni comprometerse personalmente, terminará alejándole de una segunda legislatura a la que aspira, pero sin reunir los méritos suficientes para alcanzarla.
Es imposible mantenerse en el poder a base de promesas y milongas, tanto como pedirle “grandeza” al presidente de la Generalidad desde Kazajstan, y al regreso, ordenar a sus ministros y otros dirigentes se dediquen exclusivamente a ensalzar los éxitos cosechados en sus dos perimeros años de gobierno del PP. Ya está bien de ir por la vida en plan “salva patrias” y amenazando a la población del desastre que podría haberse originado de no haber obtenido el Partido Popular la mayoría absoluta.
Sr Rajoy, escuche a los pensionistas personalmente para que le transmitan su júbilo y agradecimiento por la infinita magnanimidad que representa la gran subida del 0,25% (dos euros al mes). O la lucha contra el déficit público a golpe de incrementar impuestos. Pregunte a los empresarios que opinan sobre el aumento de las cotizaciones sociales y cuénteles porque no tienen acceso al crédito. Invite a comer en la Moncloa a una representación de funcionarios para que le agradezcan la congelación de sus salarios por cuarta vez. Infórmese sobre la cruda miseria que están padeciendo muchas familias con todos sus miembros en el paro y lo que hacen para que sus hijos puedan comer; abra sus neveras y compruebe que solo guardan frio…..etc. etc.
¿Quién o quienes pueden sentirse satisfechos con semejante panorama?. ¿Se refiere usted a esos cientos de asesores monclovitas y a otros personajes cuyo nombre es mejor no citar?. No nos repita el puñetero mantra de que “quiere lo mejor para los españoles”..¡¡Solo faltaba!!
Pise la calle y entérese personalmente como lo están soportando millones de ciudadanos y sus familias. Escuche sus realidades, y a partir de ahí, reflexione y considere si es honesto el contarle a la ciudadanía eso de que “la crisis ya es historia”, o que el ministro de Hacienda asegure que “el milagro de la recuperación ya está aquí” y a sus ministros anunciando la buena nueva que “estamos saliendo del pozo”. ¿Le parecen serias tales afirmaciones?
Mire don Mariano, cuando se ponga a la tarea, prescinda de todas las inútiles adherencias que sobran en el país, afronte los problemas y solo nos cuente toda la verdad y nada más que la verdad , cambiarán los resultados, será percibido, apreciado y valorado por los españoles de manera totalmente distinta y podrá comprobará como cambia la tendencia de las encuestas….Llegado ese momento dejarán de adjudicarle ese apodo de “Marianito el Breve” que tanto gusta a la oposición.