Hay euforia en los mercados. Sube la Bolsa en las principales plazas mundiales, incluida la española. Los grandes grupos inversores, los grandes grupos financieros, las grandes corporaciones, los ricos, todos se están frotando las manos, hoy son mas millonarios que ayer, pero menos que mañana.
El Gobierno español en pleno, todo el Partido Popular de la mayoría absoluta, en la últimas semanas no para de enviar mensajes de optimismo proclamando a los cuatro vientos que ya estamos saliendo de la crisis gracias a las acertadas medidas económicas y sociales que ellos han adoptado, y que, por supuesto, los mercados han valorado como muy positivas.
Los mercados con esta estafa llamada crisis están eufóricos y la Bolsa sube. No es para menos. En los últimos cuatro años lo único que se hizo en España fue destinar ingentes cantidades de dinero para sanear el sector financiero, precisamente el sector que, tanto a nivel mundial como a nivel nacional, ha sido el único culpable de la citada estafa mal llamada crisis.
Y si el sistema financiero está saneado -que yo lo dudo- la contrapartida ha sido el tremendo ataque al estado del bienestar de las clases medias, a los derechos sociales, laborales, en definitiva a la vida del ciudadano de a pie entre los que, con seguridad, no están los políticos que supuestamente nos representan.
Los recortes en sanidad, educación, pensiones; los seis millones de parados; el capital humano cualificado o no que tuvo que emigrar; los recortes brutales en Investigación y Desarrollo; la pobreza creciente, la malnutrición infantil, etc. etc., demuestra las grandes diferencias que hay entre la Bolsa de los mercados y los mercaderes y la realidad de la vida de los españoles.
El Gobierno se alinea con la Bolsa, Cristóbal Montoro, ministro, sentenció recientemente: "España está en movimiento y va a volver a asombrar al mundo y muy pronto". Es obligatorio preguntarse: ¿Cómo lo asombrará, con la Bolsa o con la realidad de la precaria vida en la que su Gobierno despeñó a los españoles?
