El Día Internacional de la Paz es una ocasión para reflexionar, un día en el que reiteramos que creemos en la no violencia e instamos a que cesen las hostilidades a nivel mundial. Pedimos a todas las personas dondequiera que se encuentren que, al mediodía hora local, guarden un minuto de silencio en honor de quienes han perdido la vida en situaciones de conflicto y de quienes les han sobrevivido y hoy día enfrentan traumas y sufrimientos.
Este año, resaltamos la educación para la paz. La educación es vital para fomentar la ciudadanía mundial y construir sociedades pacíficas.
En junio vino a las Naciones Unidas Malala Yousafzai, la escolar pakistaní a quien los talibanes intentaron asesinar por hacer campaña en favor del derecho a la educación. En esa ocasión, Malala dijo: "Un maestro, un libro, un lápiz, pueden cambiar el mundo". Estas son nuestras armas más poderosas.
Por esa razón, el año pasado puse en marcha la iniciativa mundial "La educación ante todo". Todas las niñas y todos los niños merecen recibir una educación de calidad y aprender los valores que les ayudarán a considerarse parte de la comunidad mundial.
Los gobiernos y los asociados para el desarrollo trabajan para que todos los niños asistan a la escuela y aprendan bien para que estén preparados para la vida en el siglo XXI. Se ha dado un nuevo impulso a esa labor en los países donde las necesidades son más grandes, como los afectados por los conflictos, y donde vive la mitad de todos los niños que carecen de educación. Pero debemos hacer más -mucho más. Cincuenta y siete millones de niños todavía se ven privados de educación. Y millones de niños más necesitan recibir enseñanza de mejor calidad.
Educar a los niños más pobres y más marginados exigirá un liderazgo político audaz y mayores compromisos financieros. Sin embargo, por primera vez en un decenio, la ayuda a la educación ha disminuido. Debemos invertir esa tendencia, forjar nuevas alianzas y dirigir una atención mucho mayor a la calidad de la educación.
En este Día Internacional de la Paz, comprometámonos a enseñar a nuestros hijos el valor de la tolerancia y el respeto mutuo. Invirtamos en las escuelas y los maestros que construirán un mundo justo e inclusivo que abrace la diversidad. Luchemos por la paz y defendámosla con todas nuestras fuerzas.