Desafortunda contestación de Rajoy

Tras la desafortunada contestación de Rajoy al presidente de la Generalidad, todo parece indicar que no se propone desviarse ni un ápice de su indolente comportamiento y seguir empleando la estrategia del eterno asesor Arriola, consistente en eludir problemas, imponer silencios y no tomar decisiones comprometedoras, pretendiendo que con el paso del tiempo  retos y desafíos amainen, cuando la terca realidad está demostrando que las exigencias independentistas catalanas se incrementan por momentos. Continuar soportando insultos, desprecios y provocaciones, será muy prudente pero no la norma de conducta más acertada a tenor de los resultados. La endémica negligencia del Ejecutivo está incrementando peligrosamente el número de desengañados en el seno del PP tal como reflejan las últimas encuestas.

     Incomprensible también el tono de disculpa utilizado por el presidente en su epístola dirigida a Arturo Mas, cargado de retórica en alguno de sus párrafos, cuando lo procedente habría sido contestar con la rotundidad y el rigor que el caso requiere, dejándole perfectamente claro que “jamás será autorizada consulta alguna que atente o cuestione la indisoluble unidad de España”. Curiosamente, a lo largo de todo el texto, evita el negar abiertamente la mencionada consulta, disfrazándolo con una “permanente disposición al diálogo para intentar buscar soluciones”. Cataluña debe recibir el mismo tratamiento por parte del Gobierno que las restantes CC.AA., sin otorgarle concesiones de ningún tipo y exigiéndole el mismo nivel de cumplimiento.

     La última estrategia del dirigente catalán consistirá en tratar de aunar a todas las fuerzas políticas de la Comunidad ante la negativa de Rajoy a celebrar la consulta, dado que de alguna forma deberá continuar aparentando su inquietud independentista. En otro orden, el iluminado Pere Navarro del PSC, inducido por su irreprimible deseo de protagonismo, propuso que la Corona propicie una segunda transición entre el Gobierno y la Generalidad. Para soltar despropósitos es único.

     Por otro lado, CDC, ha organizado una campaña intentando atraerse a los inmigrantes de toda España, residentes en Cataluña a los que denominan “charnegos”, buscando su apoyo tratándoles de convencer sobre las bondades que supondría para la prosperidad de su hijos que la Comunidad consiguiese la independencia. Dicha campaña, orientada esencialmente hacia gallegos y andaluces bajo el lema “Orgullo de sus raíces, orgullo de Cataluña” constituye un tremendo error de enfoque por recordarles el sufrimiento que sin duda padecieron al verse obligados a abandonar su tierra y parte de sus familias. Hace falta ser miserable para lanzar tales propuestas.

     Arturo Mas sueña con presidir un país. El serlo de una Comunidad dependiente de España le viene pequeño, y posiblemente, a su nivel, también los consejeros aspirarán a ejercer de ministros de la nación llamada Cataluña, octava potencia europea….

     Para CDC y ERC, la Diada ha sido considerada por la Generelidad “como un hito en la reclamación de la independencia”, similar a la “conjunción planetaria de Obama y Zapatero” de la inefable Leire Pajín. Para muchos catalanes, a la cadena humana acudió menos gente que a la manifestación del año pasado, si bien eso es lo de menos dado que cada cual se consuela como quiere.

     Mas está encerrado en un tremendo Dédalo del cual no sabe como salir. Su panorama es desolador. Por parte del Gobierno Central, al no haber intervenido a tiempo y adecuadamente, saben que el ofrecer a estas alturas un nuevo modelo de financiación a Cataluña ya no es suficiente y tienen parte de razón. Lo preocupante es que al no haber actuado hace un año, ahora, las soluciones son mucho más difíciles y los inconvenientes de tal envergadura que sobrepasan todas las líneas rojas. En todos los medios, editoriales y artículos de opinión, al referirse al comportamiento de Rajoy,la opinión es coincidente: “demasiado tarde” para aplicar ciertas soluciones.

     Es necesaria más firmeza don Mariano. Olvídese de reuniones secretas y otras zarandajas similares. Abandone ciertos tópicos como la imbecilidad de que “El tiempo lo soluciona todo” y su “no pasará nada” y póngase a la tarea de inmediato. Es necesario que no solo los catalanes, sino el resto de españoles saquen de sus cabezas la posibilidad un fraccionamiento de España. Un presidente no puede mostrarse abúlico ni indolente ante hechos de esta naturaleza. La Constitución que  juró le ampara, protege  y autoriza; el cumplirla, solo a vd le corresponde.



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