Asturias está a la cola en cuanto a la formación de gobierno de las demás comunidades autónomas que celebraron elecciones el 22 de mayo. Aunque el tsumani se veía venir, aunque sin calibrar muy bien su impacto, un nuevo partido, Foro Asturias, ha irrumpido en el panorama político regional logrando obtener el mayor número de diputados -16- en la cámara -23 son la mayoría absoluta- si bien en votos absolutos logró más el PSOE pero, ya saben, por aquello de las circunscripciones al nuevo partido que lidera Francisco Alvarez-Cascos, nutrido en gran parte por ex militantes o ex simpatizantes del Partido Popular, le tocará formar gobierno a mediados del próximo mes de julio. ¿O no?. Todo puede pasar en este Principado que no tiene nada en que parecerse al de Mónaco cupo príncipe heredero se casa el próximo fin de semana.

Cuando está a punto de cumplirse el 200 aniversario del fallecimiento de Melchor Gaspar de Jovellanos Asturias, como el resto del país, se encuentra inmersa en una profunda crisis con más de 80.000 parados y un 45 por ciento de desempleo juvenil, por ejemplo, en las comarcas mineras. Tras doce años de gobierno socialista con el ex alcalde de Gijón Vicente Alvarez Areces al frente, el PSOE decidió quitar al profesor de matemáticas del medio colocando en su lugar al secretario general de la Federación Socialista Asturiana Javier Fernández, llamado en principio, eso creía, a gobernar nuestros destinos y ahora desanimado y escondido como líder de la oposición esperando –eso se comenta- ser nombrado senador por la Junta General del Principado y perderse en Madrid dejando, probablemente, a un voluntarioso Fernando Lastra como cabeza visible.

La izquierda asturiana quiere en una gran medida que el PSOE presente batalla a la derecha, principalmente a Foro Asturias, pero los socialistas han renunciado, eso dicen por el momento, a presentar candidato dejando el campo libre para que Francisco Alvarez-Cascos sea investido con sus 16 diputados y, a lo mejor, con el apoyo también de los 10 del PP con lo que entonces tendría mayoría absoluta para gobernar.

Pero como ocurre entre hermanos mal avenidos las relaciones entre el Foro Asturias (FAC) y el PP no son buenas hasta el punto que incomprensiblemente para la opinión pública el gris dirigente del Partido Popular Fernando Goñi salió elegido presidente de la Junta General del Principado con sus votos y los de los socialistas dando pie, por vez primera, a una pinza entre derecha e izquierda que dejó descolocado a Alvarez-Cascos que ya contaba con tener a uno de sus más directos colaboradores, Enrique Alvarez Sostres, como segunda autoridad de la autonomía.

De entonces para acá todo han sido ambigüedades, amagos de negociaciones y, sobre todo, descalificaciones. Que si PP y PSOE están conchavados, según FAC, que si Gabino de Lorenzo se entiende en el ayuntamiento de Oviedo con Alfredo Carreño, políticamente hablando, por supuesto, que si Izquierda Unida se cabrea no creyéndose aún que fuera descabalgada de la mesa del parlamento por la pinza PP/PSOE… Si como ocurría en los colegios hace 40 años, las niñas tenían que ir con las niñas y los niños con los niños, en Gijón la derecha dio su hasta ahora única muestra de sensatez en esta legislatura recien estrenada apoyando el PP, liderado por Pilar Fernández Pardo, que es la que hasta ahora me parece tener las ideas más claras, a FAC para que la doctora Carmen Moriyón, del FAC, sea la alcaldesa dejando con un palmo de las narices al candidato socialista Santiago Martínez Arguelles, uno de los del clan Kenendy como se le conoce en la villa de Jovellanos por estar casado con una Sanjurjo, apellido incuestionable en los últimos 30 años como influyente referencia en los círculos del poder local y no tan local.

El caso es que está llegando la hora de la verdad a esta larga e impredecible marcha hacia el gobierno de Asturias. La mesa de la Junta General del Principado acaba de decidir que se inicie el próximo día 12 de julio el debate de investidura del nuevo presidente de Asturias con lo que el día 19 o el 20 podría tomar posesión –no el 18 de julio; sería una broma de mal gusto- habiendose puesto, no sin reticencias, una comisión del FAC, en la que no está Francisco Alvarez-Cascos, y otra del PP, en la que no está Isabel Pérez Espinosa, a negociar lo que pretende ser un programa de actuación conjunto para los próximos cuatro años.

La verdad es que veo difícil que se llegue a un acuerdo. El Foro aprieta, aflorando la inquina que tiene a dirigentes del PP asturiano que en su momento le hicieron la cama para que Mariano Rajoy no pusiera a Alvarez-Cascos como candidato por ese partido a la presidencia de Asturias. El líder del Foro en el ayuntamiento de Oviedo, el abogado Arturo González González de Mesa, hasta ahora novato en política aunque hace años llegó a ir como telonero en una de las candidaturas triunfantes de Gabino de Lorenzo, viene descalificando un día sí y otro también al alcalde de Oviedo, gestionando ya con IU y el PSOE poder presentar una moción de censura y ocupar así el principal sillón municipal, el de Gabino de Lorenzo desde hace 20 años. IU, con su trío de mosqueteros, Roberto Sánchez Ramos, Alejandro Suárez y Emilio Huerta, se muestra encantada ante tal posibilidad pero sus compañeros de viaje por la izquierda, el PSOE, con 6 diputados y un nuevo líder, Alfredo Carreño, no está por la labor manifestando que parece un mal chiste presentar una moción de censura contra el alcalde cuando aún no se ha cumplido un mes de mandato. Arturo González González de Mesa no se recata en manifestar que en cuanto pueda levantar las alfombras de la casa consistorial ovetense ve al alcalde judicialmente empitonado. Tanta es la tensión y antipatía entre los dos que el otro día en Trascorrales al arzobispo  de Oviedo Jesús Sanz se le atragantaron las fresas del Corpus Christi al ver como Gabino y Arturo se comportaban como chiquillos enfadados durante un recreo.

En definitiva, tengo la impresión de que no va a haber acuerdo programatico entre FAC y el PP pero que en el momento de la verdad los de Isabel Pérez-Espinosa darán sus diez votos, sin compromisos previos, como hizo Pilar Fernández Pardo en Gijón, para que Francisco Alvarez-Cascos cuente con mayoría absoluta y pueda ser investido en primera votación. Y escribo esto porque hay una gran presión popular, como ocurrió en Gijón, y la mayoría de los asturianos no entenderían que para que una vez que la derecha tiene posibilidad de gobernar Asturias no se pusieran de acuerdo. Si el PP cae en ese error –no digo nada de un apoyo al PSOE o viceversa- el votante sería implacable en su castigo en las próximas elecciones que serán las generales o, sino se corrige la inestabilidad parlamentaria, en otras autonómicas por disolución de la Junta, lo que legalmente es factible a partir del próximo mes de enero