Se marcha el pase de la Liga BBVA, el máximo asistente de las últimas tres temporadas de la competición doméstica, el único capaz de igualar los registros en pases de gol de Leo Messi en estos últimos tres años abandona nuestro fútbol y, por consiguiente, el Real Madrid.
Y es que tanto unos como otros han puesto de su parte. Ancelotti no estaba contento con su desplante en Granada y, viendo el rendimiento de Isco o Di María en esa posición, no le importaba desprenderse del alemán ante la gran oferta económica del Arsenal. El jugador, por su parte, a la vista de la nueva competencia y su sustitución en los dos primeros partidos unida a la suplencia del pasado domingo frente al Athletic de Bilbao, ha decidido que quiere ir a un sitio donde se sienta realmente importante sin tener que atender a debates en los pronósticos de fútbol que, por calidad, no tendría por qué tener.
Conformismo o falta de competitividad son cualidades que se le pueden atribuir al alemán ante esta situación pero no estamos aquí para juzgar eso, ya que cada uno es libre de pelear por lo que quiera. El Arsenal le pagaba más y le ofrecía ser la piedra angular de su proyecto. Nada más que añadir.
Pero lo que si podemos analizar es la gran pérdida que sufren tanto el Real Madrid como el fútbol español. Özil es un jugador de esos llamados “diferentes”. Capaces de cambiar un partido filtrando un pase imposible o con un golpeo mágico. Su estética sobre el terreno de juego le hace único. Con la pausa que sólo tienen los grandes jugadores, era capaz de cambiar el ritmo y frenar en seco como se ha visto a muy pocos jugadores, de asistir, de anotar y, sobre todo, de asociarse. Tiene esa capacidad de asociacionismo que combina con un excelente manejo de ese pase definitivo a la contra. El Real Madrid pierde un gran activo y el Arsenal gana un gran talento. Wenger juntará a Özil con los Cazorla, Wilshere, Arteta o Walcott algo que, realmente, tiene muy buena pinta.
Así, el Real Madrid ahora tiene a Isco, Di María, Bale, Cristiano o Modric pero no tiene a Özil. Y jugadores como el alemán no hay más que uno. La competición dirá si se han equivocado o no.