El Gobierno del PP, está presentado la evaluación de la reforma laboral, como un instrumento capaz de sacarnos del pozo de la recesión. Enviando conclusiones que nada tienen que ver con la dura y cruda relidad que soporta la mayoría de la sociedad española, una sociedad donde los ricos aumentan los beneficios, mientras se devaluan los salarios y se incrementa la precariedad y la pobreza de la sociedad.
A un año y poco más de la aprobación del Decreto impuesto por el Gobierno del PP, los objetivos de la exposición de motivos que explicaba la Ley, tiene poco que ver con la realidad concreta de las relaciones laborales.
La Reforma Laboral no ha frenado la destrucción de empleo, no ha favorecido la contratación indefinida, no se ha avanzado mediante la negociación en la flexibilidad interna de las relaciones laborales, no ha fomentado la contratación, ni se ha reducido la temporalidad, no se ha desarrollado la empleabilidad de los trabajadores.
Para CCOO, la reforma laboral ha servido para incrementar el paro. El dato positivo del segundo trimestre de 2013, se produce como consecuencia de un considerable descenso de la población activa, de la emigración de españoles, y de la estacionalidad de la actividad económica.
Se han incrementado los despidos, mientras disminuyen las suspensiones de contratos y las reducciones de jornada, fiel reflejo del escaso papel de la flexibilidad interna en el marco de las empresa y de la apuesta por la destrucción del empleo por parte de los empresarios, favorecida por el debilitamiento del control judicial y la desaparición de la autorización administrativa, que aún así la judicatura ha rechazado los expedientes de regulación de empleo por escaso rigor documental, falta evidente de negociación y la vinculación con el Grupo, aspectos corregidos por el Gobierno en el Decreto de este 2 de agosto sigiendo las indicaciones de los despachos de asesores empresariales.
Para apostar por el empleo, el Gobierno ha reducido considerablemente el presupuesto de las Políticas Activas de empleo, lo que conlleva una reducción de la formación. La formación que se cursa, tiene escasa salida hacia el mercado de trabajo, y los contratos de Formación y Aprendizaje, al igual que el de Prácticas siguen siendo residuales.
Se sigue destruyendo el empleo tanto en el sector privado como en el público. El escaso empleo que se genera en el sector servicios es de carácter estacional y temporal, y el empleo que se ha destruido, es mayoritariamente indefinido y, como consecuencia, la contratación indefinida disminuye. Aumenta la contratación a tiempo parcial como efecto de la total desregulación al incorporar la posibilidad de realizar horas extraordinarias y por la hiperflexibilidad del mismo.
El contrato de emprendedores, contrato estrella de la reforma laboral, es absolutamente residual sobre el volumen de la contratación.
La reforma laboral ha servido para devaluar los salarios, lo que significa una menor demanda interna, una limitadísima capacidad de ahorro, menor consumo y profundización de la recesión, así como mayores niveles de morosidad.