Me cuentan que entre los trabajadores de Cajastur, hoy Liberbank, hay un movimiento solidario para ayudar a su presidente Manuel Menéndez que ha tenido que rebajarse su sueldo anual de 300.000 euros a la mitad, consejos de administración aparte. Vamos, que está en riesgo de tener que venir de Madrid, donde reside, a utilizar la cocina económica de Oviedo. La desmotivación de los profesionales de la que fue la principal entidad financiera de Asturias, antes de que el banco de España y los dirigentes políticos la convirtieran en un nefasto experimento bancario creando junto con las cajas de Extremadura y Cantabria el banco Liberbank, es total. Muchos están en casa, esperando mejores tiempos, y los que trabajan lo hacen a cambio de ver rebajado el sueldo además de haber perdido importantes mejoras sociales conquistadas en años pasados muchos más gloriosos, por supuesto, que los actuales. Y es que Paco con la rebaja está llegando a sectores públicos si queremos que España levante cabeza. Algo, a lo que, lo de rascarse el bolsillo aceptando una rebaja en sus retribuciones, se resisten nuestros políticos. El verano se va y Asturias sigue estando a la cola de muchos parámetros en el concierto autonómico de este país cuasi federal en que nos encontramos. El otro día pasé por la autovía non nata de La Espina a Salas, ejemplo claro de la incompetencia regional, con solo una calzada en ese tramo y la caja apenas diseñada en el otro, con enormes pilares de cemento para viaductos inexistentes… en fin, seguro que los asturianos no veremos en muchos años, si es que lo vemos, su finalización.
La región está sin pulso a la espera de unos planes que mejoren su comunicación, su industria, su proyección turística, etc, etc,. Sin banca propia, con una clase empresarial endeble y unos sindicatos en plena crisis, especialmente en sectores hasta ahora emblemáticos como la minería, además de un gobierno cuasi plano, con más de 100.000 parados a cuestas muchas familias logran ir tirando gracias a las pensiones de padres y abuelos. Está claro que la construcción no repunta, y menos con decisiones como la que Foro ha tomado en Gijón, paralizando el plan general de ordenación urbana, por lo que de los 55.000 trabajadores que llegó el sector apenas superan hoy los 12.000. Se nota que al gobierno central, de distinto color que el asturiano, le preocupa poco está autonomía, uniprovincial y de pequeña dimensión, de tal manera que un verano más los ciudadanos han tenido que aguantar los atascos en el tramo de la autovía del Cantábrico entre Unquera y Llanes -parece ser que el de Pendueles será abierto al tráfico, por fin, en octubre-, la ausencia de vuelos baratos en el aeropuerto de Santiago del Monte, las caravanas que suben y bajan por el puerto de Pajares para evitar pagar por ir por la autopista del Huerna y un sin fin de carencias en nuestras infraestructuras, incluidas las ferroviarias, que hacen que los asturianos nos estemos convirtiendo en ciudadanos de segunda, como el Sporting. Que lejos quedan los tiempos en lo que un Mariano Rajoy en la oposición decía en la prensa que cuando llegara a La Moncloa propiciaría la construcción de un AVE por el Cantábrico. Conformémonos con el FEVE de 30 kilómetros a la hora y vamos que chutamos.