Un gran zoco

Ayer, festividad de la Virgen de Begoña, patrona de Gijón, entre otras localidades, me acerqué como hago cada año a la Feria Internacional de Muestras de Asturias. Fue por la tarde y el buen tiempo llevó a miles de familias al recinto ferial que se encontraba a reventar. Este certamen dirigido por Alvaro Muñiz, buen discípulo de Pedro García Rendueles, se ha convertido en un gran zoco en donde prima por encima de todo los bocatas y el motor. Con la crisis en los últimos años empresas importantes de nuestra querida Asturias, como Arcelor Mittal, HUNOSA, Duro Felguera, ALSA, etc. han dejado de acudir a la misma. Mantienen el tipo Cajastur, Banco SabadellHerrero, HC y Grupo Masaveu además de los institucionales como el Principado, Ayuntamiento de Gijón, ayuntamiento de Langreo y poco más. Echo de menos aquel stand tan vivaracho que tenía el ayuntamiento de Oviedo y al que Gabino de Lorenzo en sus buenos tiempos de alcalde llenaba con jubilados que quedaban embobados con las picantes actuaciones de Jerónimo Granda. Ese buen hostelero que es Joaquín Fernández Ania, hoy jubilado de la zona azul ovetense, servía unas fabadas en pleno agosto que no tenían desperdicio. Comprendo que quizás resultase caro al ayuntamiento de la capital estar presente en el certamen gijonés pero estoy convencido de que era un gran escaparate para nuestra capital además de servir de confraternización con la villa de Jovellanos, algo que ahora solo ocurre, creo, con la Asociación de Amigos de la Opera que tan acertadamente preside el doctor Jaime Martínez, prestando colaboración al Teatro Jovellanos de Gijón para que en él se celebren representaciones operísticas.

 

Aunque el nivel industrial de la Feria haya bajado creo que su celebración en plenas fiestas de Begoña es un acontecimiento positivo porque si hay buen tiempo porque lo hay, y si hace malo porque también, es un lugar en donde pasar una mañana, una tarde o el día entero de asueto y entretenidos. Además de dar trabajo durante una quincena a unos cientos de jóvenes que así obtienen unos euros estupendos para el verano. Un amigo común me comenta que el otro día se tropezó con Manuel García Arenas, presidente del Grupo García Rodríguez Hermanos que distribuye varias marcas de automóviles, y éste le expreso que estaba contento porque vendían coches desde la jornada de inauguración. Me sorprendió también el stand de la Central Lechera Asturiana, amplio y original, y me dio pena el de Aguas de Fuensanta con los rótulos sin retirar y ocupado, se ve que de prisa y corriendo, por unos mercaderes de recuerdos de Egypto lo que me hace ser solidario con sus ciudadanos ya que el país, en mi opinión, entra irremisiblemente en guerra civil.

 

En el pabellón con kioscos comerciales magos y magas de la venta se desgañitaban para convencer al heterogéneo público de las bondades de sus variopintos productos, todos esos que se anuncian de madrugada como “la tienda en casa” en canales de televisión marginales. Que si una sartén que ahorra aceite, una pasta que da brillo y esplendor a la plata, una manguera que no se arruga, zapatillas cuasi voladoras, etc. Por la megafonía anuncian una charla sobre alimentos ecológicos aunque también observo que pese al gentío que abarrota los pasillos las terrazas de los bares no se llenan y eso que es el día grande las fiestas y solo estamos a mediados de mes. No hay que ser un experto para comprender que en la primera quincena de agosto Gijón se convierte en la capital de Asturias mientras Oviedo sin temas que atraigan al turista, salvo la exposición de la Sábana Santa, y no creo en el tirón del turismo religioso, languidece. El Fontán y La Gascona no son señuelo suficiente, pero a partir del lunes Gijón irá apagándose y Oviedo con el retorno de sus vecinos irá cogiendo de nuevo pulso abriendo jolgorio en las primeras fechas de septiembre con las fiestas del Centro Asturiano. Me cuentan que los feriantes y el ayuntamiento han llegado a un acuerdo por lo que este San Mateo habrá barracas. Me alegro. Estarán instaladas en los alrededores del nuevo Carlos Tartiere, en La Ería, en el Campillín y en el campo San Francisco. Por ahí deberíamos haber comenzado. Oviedo no puede estar sin el tren de la bruja en sus fiestas anuales; eso sí, me apuesto un escobazo a que el Real Oviedo, por contra, inicia la liga sin presidente de consenso ni nuevo consejo de administración.



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