En plena canícula las noches son el alivio para "refrescar", término que se usaba hace unas décadas como sustituto de la palabra "ligar". Hoy, los jóvenes van directamente al grano. No se andan por la ramas, tía estoy solo en casa, se han ido los viejos, si quieres salami... tu misma. Ok, pero te digo una cosa, no te enamores de mí... que no soy una mujer de un solo hombre.
Si retrocedo en el tiempo que me tocó por juventud, ni el novelista mas "verde" se hubiera atrevido a redactar tal dialogo.
Los pasos para conquistar ( que palabra mas ñoña ) a una chica tenían su decálogo. Notas anónimas, decírselo a su mejor amiga, ir al cine, sacarla a bailar varias veces.
Luego los avances llegaban con las respuestas/gestos. Si no había contestación a las notas, si la "celestina" te hacía llegar lo que pensaba, o te daba calabazas en el baile, pues nada a sufrir. La barra se convertía en el consuelo y lo que cuerdo no te atrevías a decirle lo escupías todo de sopetón. Pésima táctica: quedabas por cobarde y borracho.
Y lo peor que te podía pasar es verla salir con tu mejor amigo. Entonces solo tenías ganas de sumar años y que estos te sacaran del pueblo para mudarte a la ciudad a estudiar en la universidad y, así, perderlos a los dos de vista.
Ahora, cuando salgo por las noches solo ligo el refresco de cola con el ron bacardi. Como no estoy en la onda temo hacer el ridículo. Por otra parte, como me suelen decir los que bien me conocen, tengo que soltar el lastre y olvidar. No todas son iguales, las hay buenas. No se que os diga. Lo único que tengo son amigas maravillosas que me quieren y yo... a ellas.
Camarera, a qué hora cierras ? Cuando se vaya el último. Me parece que vamos a salir juntos...- se ríe - buena señal. Aquí, hay tema.