Los ultranacionalistas catalanes más exaltados, ya andan preparando la  algarada para el próximo día 11 de Setiembre,la Diada. Con ocasión del campeonato de natación, celebrado en Barcelona, a aprovecharon todos los momentos para ningunear a los símbolos de España y la representación institucional. También son significativas acciones como repartir folletos

independentistas a los turistas, organizar acampadas nudistas bajo la , “estelada” o reiterar el veto a los toros.Vale todo, incluso sustituir el “gordo” de Navidad por el de la Generalitat.

Están por ver los nuevos episodios y hasta es posible que el presidente del

Gobierno conteste, con algo más que acuse de recibo, a la carta de Artur Más sobre la consulta nacionalista. Sería bueno que Rajoy que ya ha dado demasiados ejemplos de calma frente a la tormenta separatista, sin perder  los nervios y sin exabruptos belicosos, le avisase al exaltado Más de que además de la suspensión por parte del TC, está el Código Penal con numerosos artículos aplicables a quienes desde puestos de responsabilidad se saltan las leyes y que también el artículo 155 de la Constitución ampararía una instrucción gubernamental para que Artur Mas abandonase su cargo.

Hay que pensar que todo debe estar ya protocolizado para dar la adecuada respuesta a la bomba de relojería, cebada en Barcelona con la claudicación de partidos tenidos por constitucionalistas que han cedido ante una minoría anarcoide.

Cada vez parece más difícil que el mesianismo de Artur Mas acepte  un proceso de reformas que permita  mejorar el acomodo de Cataluña, pero junto al diálogo con los líderes catalanes, habría que hablar directamente a todos los catalanes. El otro día me recordaron aquella frase de Giscard a Miterrand, “Ud no tiene el monopolio del corazón”.

La secesión de Cataluña sería algo más que un fracaso histórico de  España, ocasionaría dramas personales para muchos españoles no catalanes y en el seno de Cataluña miles de familias podrían dividirse por opiniones contrarias o que algunos de sus miembros se convirtiesen en extranjeros al ser naturales de otras regiones. La misma prosperidad económica se vería gravemente afectada ,por que sería inevitable un incierto grado de deslocalización empresarial.

A las gentes catalanas hay que avisarlas claramente del engaño de los soberanistas respecto a que la UE no pondría objeciones a la incorporación de Cataluña como Estado miembro. Todo lo contrario, y lo ha ratificado en diferentes ocasiones.Exige un laborioso y largo proceso para la adhesión y la unanimidad de todos los países comunitarios.