La perplejidad popular va en aumento. ¡Necesitamos con apremio otra “guía” como la que Maimónides publicó en el siglo XII!
Algunas causas recientes de perplejidad ciudadana:
• Miembros del Tribunal Constitucional que actúan en virtud de su ideología, que el propio Presidente oculta ante el Senado…
• Manifiestos delitos que prescriben.
• Amnistías fiscales en lugar de ejemplares decisiones punitivas.
• Aumento espectacular del porcentaje de ricos, de la venta de productos de “marca”, de automóviles de lujo.
• Juezas y jueces que no se recatan de traslucir sus sentimientos y pertenencias políticas, cuando se debería ser especialmente cuidadoso en no politizar la justicia ni la judicialización de la política.
• Consejeros de Sanidad que privatizan servicios… cuyas empresas pasan a presidir cuando dejan de ser Consejeros.
• Aumento de los impuestos, disminución de los servicios sociales.
• “El Gobierno aprueba dar 877 millones más para armamento”. Es el tercer crédito extraordinario para pagar la factura de los grandes programas de armas. ¿Quién, por qué y cuándo se realizaron estas compras con dinero que no teníamos? ¿Cómo puede el Gobierno aprobar 877 millones más para Defensa cuando recorta en I+D+i, la “defensa del talento”? ¿Y no puede dar todo el dinero que necesita –muchísimo menos que el de este crédito extraordinario- al CSIC, “buque insignia” de la investigación científica española?
• ¿Cómo y por qué el Tribunal Supremo rebaja de seis años a nueve meses (¡!) la pena impuesta por la Audiencia Provincial de Palma a Jaume Matas, convicto y confeso?
• “El Estado pierde casi todo lo dado a la banca. El fondo de rescate admite que ha perdido 36.000 millones de los 52.000 inyectados a las Cajas nacionalizadas”. Expliquen a los ciudadanos –que son los que están pagando- dónde “ha perdido el Estado” tanto dinero… y dígannos si lo han hallado. Por cierto, ¿han hallado dónde se perdieron los fondos de los “agujeros” de BANKIA y de Caixa Nova, etc.? ¿Cómo puede “perderse” tanto dinero sin que nadie de explicaciones al pueblo sacrificado?
No cabe duda: necesitamos otra “Guía de perplejos”, necesitamos a Maimónides.