Recuerdo lo que al inicio de la película “Cenizas desde el cielo” del asturiano José Antonio Quirós, decía el escocés protagonista de la misma: “Esta en la que estoy, Asturias, es una tierra que tiene princesa, campeón de fórmula uno y una estatua de Woody Allen”. Y así es, pero ¿Es suficiente?. Desde luego que no. El quid de la cuestión está en la pregunta del millón: ¿Que pasa en Vetusta?. Este domingo caluroso, ventoso y nuboso me ofrece un Oviedo vacío, que la capital ha vuelto a perder los veranos en detrimento de Gijón y compañía. La exposición sobre el Santo Sudario en la plaza de la Catedral no es, lo que se diga, un éxito y lo siento por quien más ha apostado por ella, el técnico en turismo recientemente repescado por el ayuntamiento de Oviedo, Marcelino Meana. Somos católicos, pero sin pasarnos, y el turista no se siente especialmente atraído por la citada muestra.
Antes que nada debo congratularme por la recuperación física de dos buenos asturianos. El empresario José Cosmen Adelaida, que ya se encuentra en su domicilio tras haber pasado unos días en el Centro Médico tras una operación quirúrgica, y el también empresario hostelero José Gómez, Pepe el del Tizón, quien hace una semana sufrió un accidente en Llanes cuando andaba en bicicleta emulando a Alberto Contador y, ya se sabe, los años se dejan sentir. Pepe el del Tizón lleva unos días ingresado en el Hospital General pero esta próxima semana seguro que los doctores le enviarán para casa en donde completará su recuperación.
Volviendo a mi querida Vetusta no puedo por menos que formular la pregunta que está en boca de la mayoría de la ciudadanía. ¿Que le pasa a nuestra querida capital?. Además de un verano gris, Oviedo parece un barco sin norte en donde ha surgido la crisis Calatrava, la crisis Real Oviedo, la crisis de las barracas, la crisis de la SOF, la crisis del comercio y hasta la madre que la parió. Sé que el alcalde Agustín Iglesias Caunedo está estos días de descanso, fuera del Principado, cargando pilas que buena falta le hace. La Corporación, entre tanto, se debate entre la mediocridad y la angustia vital. La oposición, pasota. Los del PSOE divididos. Un desaparecido portavoz en la corporación municipal, Alfredo Carreño, a quien cada vez marca más de cerca el secretario de la AMSO Wenceslao López; un Foro que espera el desembarco de la presidenta local Patricia Díez Isla así como también del hoy único diputado de Foro en el Congreso Enrique Sostres, incluso del comunicólogo Juan Vega, funcionario de los que no ficha del ayuntamiento de Oviedo, y que bien podría alzarse con la gerencia de la Fundación de Cultura del ayuntamiento ovetense dentro de unos días.
Nos ha fallado el palacio de congresos, el Real Oviedo, la SOF y sabe Dios cuantas cosas más. Los ovetenses rezamos por no perder el dinamismo que durante años caracterizó nuestra capitalidad pero, insisto, ésta, la capital, parece que es hoy por hoy un barco a la deriva. Eso sí, en el palacio de la Junta General del Principado sus 45 señorías continúan discutiendo sobre sus generosos salarios y cómo evitar que bajen los ingresos personales, ajenos a los 115.000 parados que hay en Asturias. De leches les daba yo.