Desde hace unos días me he enganchado a un bloj que no solo me maravilla por la entereza de quien lo escribe si no también porque me sirve de reflexión emotiva en unos momentos en que uno comienza darse cuenta de que la mayoría del para mi largo y difícil recorrido de la vida ya lo he hecho lo que no supone, ni mucho menos, que a estas alturas del peregrinaje tire la toalla.
Es un bloj cuya dirección es “miparéntesis.com”, con el lema “Fortaleza y superación”, y que hace solo unas fechas ha comenzado a escribir Cristina, una joven de 16 años a quien le acaban de diagnosticar que padece de lucemia. Conozco a su padre, Carlos Rodríguez de la Torre, durante años secretario de la Cámara de Comercio de Avilés y ahora en un importante bufete de abogados en Asturias, y a su tío Marcelino, residente en Madrid, y ahora a ella, a Cristina, a través de su emocionante y solidario bloj. Esta jovencita, que iba a comenzar sus vacaciones, buena estudiante, llena de ánimo, recibe el mazazo que Dios o el destino le reservaban en la flor de su juventud, pero Cristina, de firmes convicciones, comenzando por las familiares, no se ha venido abajo, ni mucho menos, y da ánimos a sus padres y hermanos, a su entorno familiar, además de transmitirlo a la sociedad en general a través de los escritos de su bloj en el que ha comenzado a relatar la tremenda experiencia que es que te diagnostiquen leucemia, que te lleven al hospital y que te enfrenten ahora a un tratamiento que estoy seguro le ayudará, sin duda alguna, a superar la enfermedad.
Colaboradora de Cruz Roja Cristina en sus escritos no para de lanzar mensajes de ánimo y superación, huyendo del catastrofismo, del pesimismo en el que una personalidad aún no del todo formada, dada su juventud, podría caer ante un palo como el que su cuerpo acaba de recibir con esa enfermedad. Cuando me encuentro con casos como éste me convenzo aún más de lo fútil que suelen ser la mayoría de los objetivos fijamos para nuestras vidas, de los banales de nuestras batallas, de lo efímeros de nuestros deseos y de lo cegados que solemos estar en una sociedad cada vez más desorientada y confusa. ¡Que ejemplo el de Cristina y no solo para la juventud!. ¡Que envidiable ánimo de superación!. Uno que, como digo, va para viejo tuvo la experiencia por vez primera en mi vida de caer enfermo en el pasado otoño, situación afortunadamente superada meses después, pero que me hizo reflexionar en las largas y tediosas horas de cama en un centro medico sobre lo que fui, lo que soy y lo que aún quiero ser. Cristina sabe muy bien lo que es y me aventuro a decir que también lo que va a ser. La sensibilidad y madurez con que relata las jornadas en su nueva situación me demuestran su categoría juvenilmente humana, su fortaleza, su superación. Estoy seguro que Cristina saldrá adelante y su ejemplo, a través del citado bloj, será, es, un testimonio que me reafirma en mi confianza y admiración en la juventud. Para mi sus escritos son como un faro cuya luz, de verdad, no perderé de vista día a día.